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Exvalencianistas por el mundo: Valeri Karpin

28/02/2023 - 

VALÈNCIA. Sufre el fútbol ruso. De las múltiples consecuencias de la guerra ruso-ucraniana, una de las que menos trascendencia presenta el conflicto es la que sobrevino en forma de sanciones a todo el deporte ruso después de que Rusia invadiera su país vecino hace ya un año.

Connotaciones geopolíticas aparte y dejando de manifiesto el total rechazo al drama humano que viven día a día los miles de afectados por esta horrible circunstancia, claro está que las sanciones impuestas por la FIFA y la UEFA a la Unión de Fútbol de Rusia han supuesto un golpe durísimo para un fútbol que acredita una historia y un pedigrí muy importantes en el viejo continente.

En primer lugar, el veto a los conjuntos rusos por parte de las competiciones europeas significa una enorme pérdida tanto económica como a nivel de escaparate para todas las partes. Más de lo mismo a nivel de selecciones, un ámbito en el que los rusos perdieron la gran oportunidad de disputar el pasado Mundial de Catar (con permiso de Polonia, que iba a ser su rival en la repesca) y que ahora mismo sigue frenando tanto la proyección de jóvenes jugadores como la trayectoria en el combinado nacional de futbolistas que están dando que hablar en Europa.

“La situación es muy difícil. No me creo que ya haya pasado un año. Nunca habíamos vivido algo igual. El nivel del fútbol en la liga rusa ha bajado mucho. Muchos extranjeros se marcharon”

Aleksandr Mostovói, exfutbolista de Celta y Spartak de Moscú, para EFE

Sin embargo, y con todas estas dificultades, la Premier rusa sigue adelante. La competición se disputa con el mismo calendario que sus homólogas europeas, con la salvedad de un parón obligado por las bajas temperaturas entre los meses de noviembre y marzo (la liga vuelve este próximo fin de semana). Ello obliga a aprovechar los meses estivales, razón por la cual el campeonato doméstico ruso arranca a principios o mediados de julio. El conjunto más potente sigue siendo el Zenit de San Petersburgo, que acumula cuatro títulos consecutivos y que se marchó líder al parón invernal con una renta de 6 puntos sobre el histórico Spartak de Moscú, que es segundo. Entre sus principales argumentos futbolísticos se encuentran el pivote internacional colombiano Wilmar Barrios y los brasileños Wendel y Malcom, un hombre que ya militara en las filas del Barça no hace muchas temporadas..

Si la competición doméstica se ha resentido, ni que decir tiene la selección. La sanción de la UEFA hizo añicos el sueño de disputar el Mundial de Catar y actualmente no puede siquiera participar en partidos o competiciones oficiales. La situación aleja a los futbolistas rusos que militan fuera de su país de defender los colores del combinado nacional, y el escaso aliciente que supone la disputa de amistosos ante selecciones como Kirguistán, Tayikistán o Uzbekistán es un motivo de inmensa tristeza para un país que ahora mismo tiene problemas más importantes de las que preocuparse, pero que no olvida su presencia en las semifinales de la Eurocopa de 2008 (cayó frente a la campeona, España).

Contra ello trata de luchar un mito del balompié ruso. Un hombre que hizo carrera en España como futbolista y que militó en las filas del Valencia la temporada 96/97 a las órdenes de Jorge Valdano. Valeri Karpin, uno de los mediocampistas más importantes de nuestra liga en los años 90, es ahora el seleccionador de Rusia, un cargo que compagina con el de técnico del FK Rostov, tercero en el campeonato nacional.

Su fútbol necesita un líder con el carisma del exvalencianista, un hombre consciente del delicado momento que atraviesa el fútbol ruso que tiene una importante presencia española en su cuerpo técnico, tanto en la selección como en su club. Luis Casais es el preparador físico del combinado ruso, mientras que Jonathan Alba es analista jefe tanto en la selección como en Rostov. Por si fuera poco, un clásico de nuestra liga que militara seis temporadas y es todo un símbolo del Real Oviedo, Viktor Onopko, es segundo entrenador del exvalencianista en ambos banquillos. El equipo técnico del Rostov lo completan también los españoles Fernando López y Álvaro Saiabero.

En verano de 1994, Karpin era la gran estrella emergente del Spartak de Moscú. Había venido varias pretemporadas a España y siempre tuvo predilección por nuestro país, la misma que mostró la Real Sociedad para apostar por él aquel mismo verano. En dos temporadas, el ruso dio muestras de su carácter, calidad y olfato y se convirtió en una de las grandes sensaciones del campeonato. Ante la marcha de Predrag Mijatovic, Karpin fue la gran esperanza para el club de Mestalla cuando en 1996 se incorporó a la plantilla dirigida por Jorge Valdano.

La marcha del equipo no ayudó, y su etapa como valencianista se redujo a 6 tantos y 4 asistencias en 46 encuentros. Se marchó el verano siguiente al Celta, donde hizo historia y disputó competiciones europeas. Por último, recaló de nuevo en la Real Sociedad en 2002 para conseguir un histórico subcampeonato de liga bajo la dirección del francés Raynald Denoueix y junto con futbolistas de la talla de Darko Kovacevic, el turco Nihat Kahveci y el actual técnico del Bayer Leverkusen: Xabi Alonso.

“Ya sabemos cómo es Valencia. Nunca hay tranquilidad"

Valeri Karpin, para Mundo Deportivo

En San Sebastián se retiró, pero siguió muy vinculado a nuestro país, sobre todo en Galicia. Se lanzó al mundo de los negocios, donde no le fue demasiado bien y se ha enfrentado a problemas de todo tipo, incluyendo irregularidades y cierres de empresas de los sectores inmobiliario y textil, entre otros.

Tras disolverse la Unión Soviética en 1991, Karpin recibió la nacionalidad rusa por sus orígenes familiares y al cabo del tiempo pudo obtener también la del país donde nació: Estonia. Después de una gran carrera como futbolista, el Spartak de Moscú, uno de los clubes de su vida, le dio la oportunidad de iniciar una nueva etapa como director general primero y como entrenador después. En 2014 probó suerte, sin éxito, en Mallorca, para volver al poco tiempo a Rusia, concretamente al banquillo de un club histórico como el Torpedo de Moscú.

En la actualidad, Karpin no olvida su pasado en España, pero está centrado en compaginar su cargo como técnico en el Rotov con el de seleccionador ruso. Sin embargo, el aislamiento deportivo de Rusia por parte de los organismos futbolísticos internacionales impide que el combinado del exvalencianista pueda contar con la calidad de Aleksandr Golovin (Mónaco) o Aleksey Miranchuk (Torino) entre otros. Futbolistas importantes en Europa que ven cortadas sus alas para representar a su país.

Aún así, la escasa esperanza del fútbol ruso lleva el sello de futbolistas que, recluidos por las circunstancias, dejan pinceladas de su enorme calidad tanto en la Premier local como en la selección: el joven Arsen Zakharyan (Dinamo de Moscú), el ariete Aleksandr Sobolev (Spartak de Moscú) y dos nombres que ya se vincularon en los últimos tiempos al Valencia como Daler Kuzyaev (Zenit de San Petersburgo) y Dmitri Barinov (Lokomotiv de Moscú). Sin duda, Karpin tiene una papeleta muy importante, la de salvar al fútbol de su país, para la que necesitará sacar lo mejor de sí mismo, tal y como ya demostró en nuestra liga allá por los años 90 y principios de los 2000.

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