VALÈNCIA. El Llevant disputó en Eibar 26 minutos de partido espectaculares, de los mejores de la temporada. Combinó con profundidad, cerró las bandas del Eibar, estuvo imponente en la salida del balón, sin riesgos innecesarios y creo unas cuantas oportunidades claras de gol. En la segunda ocasión en que el Eibar se acercó con peligro, marcó. Fue un despropósito de gol. Nació en una falta que González Fuertes, un trencilla lamentable, pitó al revés. Siguió con una prolongación de cabeza de Orellana en el corazón del área que Morales, pura mantequilla en el salto, jamás debió permitir. Finalizó con un remate fallido de Charles que llegó llorando a la red de Aitor. Desde luego el Llevant no tuvo fortuna. De tener prácticamente sentenciado el partido se vio perdiendo 1-0 ante un rival que llevaba cuatro jornadas sin vencer y que iba a morir por conservar la renta. Se encontró además un regalo inesperado: hasta ese momento todo el equipo había estado brillante, sobre todo Morales, Campaña y Bardhi, tejiendo un fútbol combinativo y vertical que desarmaba al Eibar una y otra vez. Desde el 1-0, Campaña y Morales se cayeron, no dieron una a derechas. Y cambió todo. Así queda al descubierto, una vez más, la fragilidad psicológica de este equipo y de los que están designados, por Paco López, a ser sus líderes: Campaña se perdió en una verborrea estéril con el árbitro y con todo quisqui que se le acercaba; Morales desapareció.
Así, el partido ya fue otro, con los fogonazos, el resquebrajamiento del sistema de coberturas y la ruleta rusa habitual. Los valencianos aún tuvieron alguna, pero el Eibar ya se mostró mucho más cómodo con el marcador a favor. Las bandas comenzaron a hacer agua, sobre todo la de Toño, y el balón parado de que dispuso el Llevant se volvió desesperante, estéril, inocuo. Incluso contraproducente, ya que invitaba de forma permanente al contragolpe. Campaña, su brazo contra el muslo y el balón corto que despeja el rival con facilidad. Da igual cuando leas esto. Es un regalo permanente para el contrincante. La culpa, más que del sevillano, siempre codicioso con el balón, es de quien le avala ante sus compañeros y le consiente todo. Veremos el precio que paga Bruno por echarle la bronca, justo antes del descanso, tras desperdiciar la enésima falta, con todo el equipo al remate. La responsabilidad de esta conducta aberrante durante todo el curso es de López. En este vestuario, como todos saben, hay intocables y parias. O llámenlo, si quieren ser más indulgentes, filias y fobias. Da igual: eso, a largo plazo, jamás funciona. Y este fue el panorama hasta de final de partido. O peor aún, porque la entrada de Melero y León por Vukcevic y Mayoral empobreció al equipo y menguó sus opciones de meterse en el partido.
Mendilibar, tan lúcido en el banco como ante los micrófonos, definió con honestidad lo que había sido el partido: el Llevant desperdició sus opciones y el Eibar aprovechó las suyas. No quiso hacer sangre: el Eibar ganó la partida del alma, del coraje, de la fe, de la convicción. Pese a su manifiesta inferioridad. Esto quedó al descubierto con la jugada del penalti de Miramón: todo el Eibar la reclamó con aspavientos y forzó así la intervención del VAR. En otra jugada similar en el área vasca, poco antes, ningún granota reclamó nada al árbitro, ni tímidamente. Es lo que hay. Si el de Zaldibar consigue, con este once de retales y escasos recursos, salvar de nuevo la categoría merecerá ya una estatua de bronce junto a Ipurua. El Llevant, con su potencial, no debió perder un partido así jamás. No sólo fue infortunio. Ni mucho menos.
••• Sin opciones de ataque. El Llevant sólo hizo dos cambios, ficha por ficha, prácticamente. Se quedaron en el banco Duarte, Clerc, Pablo y Coke. Con Hernani y Rochina de baja y sin más recursos ofensivos en la plantilla, ¿qué sentido tiene llevarse a cuatro futbolistas de corte defensivo –y más sabiendo que Morales sólo aguanta 60 minutos a pleno rendimiento– y no dar la oportunidad a algún atacante de la cantera?
Eibar 3-0 Llevant Ipurua (6000 espectadores)
UNO A UNO: Aitor (7); Miramón (5), Bruno (6), Postigo (5), Toño (4); Bardhi (6), Campaña (4), Vukcevic (5) (Melero (4) 66'), Morales (5); Roger (6), Mayoral (6) (León (4) 66').
—Paco López (5)
GOLES: 1-0 Charles 26'; 2-0 Charles 47'; 3-0 Orellana 84'.