ELCHE. "Ha sido el partido que no teníamos en mente; sabíamos que iba a ser un duelo duro, igualado y que se iba a decidir por detalles, pero ellos han salido mejor, han sido superiores en la primera parte y en la segunda, cuando mejor estábamos, habíamos cambiado la mentalidad y tenido un par de acercamientos, van y nos hacen el segundo". Así resumía en los micrófonos de Movistar + Fidel Chaves el choque de los suyos ante el Alavés, instantes después de que el árbitro decretara el final del mismo.
"Es un día duro, nos vamos muy jodidos", lamentaba en voz alta el onubense, que reconocía que se les pone "muy complicado" el objetivo de la permanencia, pero insistía en que "por el escudo que representamos" han de pelear "hasta el último segundo", decía Fidel, que este martes disputaba su partido número 28 en lo que llevamos de curso liguero.
Caras largas
El extremo franjiverde, que acabó roto el choque ante el Atlético de Madrid al marrar un penalti en el minuto 90, no presentaba precisamente mejor ánimo tras una derrota ante un rival directo que condena al equipo a ganar en las dos últimas jornadas y esperar que el resto de conjuntos implicados en la lucha por la salvación no haga los deberes.
Los jugadores y cuerpo técnico del Elche abandonaron estadio Martínez Valero con rostro serio, bien distinto al que presentaban a su llegada, cuando fueron recibidos por un centenar largo de aficionados que ataviados con camisetas, bufandas y portando pancartas de ánimo trataron de alentar a los suyos en primera persona, pese a que el partido se disputaba a puerta cerrada.