El hijo de Peter Lim, a sus 29 años, encadena varios proyectos empresariales vinculados al fútbol y avisa: “Espero poder estar en Valencia más a menudo”
VALÈNCIA. Al filo de la una del mediodía del sábado, a nueve horas de que echase a rodar el balón en La Cartuja, los medios oficiales del Valencia liberaron en redes una breve charla de tres minutos –aunque la entrevista duró bastante más- con Kiat Lim, hijo del máximo accionista del club blanquinegro Peter Lim. A pesar de continuar con sus redes sociales ‘capadas’ –se cumplirá un año desde su cierre esta misma semana-, las reacciones no tardaron en sucederse.
La importancia del partido sepultó en cierta manera sus declaraciones, pero sus intenciones quedaron bastante claras: “Puede que (mi padre) esté más emocionado que yo por el partido. Incluso, aunque mi padre no pueda estar aquí tan a menudo, espero poder estar (en Valencia) más a menudo en el futuro para representarle”, apuntó. También aseguró, para sorpresa de muchos, que Peter Lim “se despierta para ver todos y cada uno de los partidos, a las tres o las cuatro de la madrugada en horario de Singapur”.
Kiat calificó de “apasionados” a los aficionados del Valencia, con quienes asegura tener vínculos a nivel virtual (“cada día recibo mensajes de ellos”) y dejó clara su perspectiva sobre las diferentes tensiones existentes en el entorno valencianista: “Como suelo decir, todo el mundo tiene derecho a tener su opinión. No están equivocados, pero todo el mundo tenemos la meta común de que el club triunfe”, apuntó.
Por desgracia, desde su asiento en La Cartuja no pudo disfrutar en la noche del sábado de una victoria del Valencia en la final de Copa. A la conclusión del encuentro, el vástago del millonario bajó a vestuarios a dar la mano a todos los miembros del ‘staff’ y plantilla en una velada para olvidar. Todo en un recinto en el que decenas de pancartas amarillas con el lema ‘Lim Go Home’ lucieron bien visibles para el mundo entero, a través de la señal televisiva, durante los ciento veinte minutos del choque y la posterior tanda de penaltis.
A sus 29 años, Kiat Lim ha vivido hasta la fecha lejos de la exposición mediática de su hermana mayor, Kim Lim, cuya carrera como ‘influencer’ y empresaria le puso en el foco casi desde su adolescencia. Desde que en 2020 la joven afirmase en sus redes sociales que “el club es nuestro y podemos hacer con él lo que queramos”, la primogénita de Peter Lim parece haberse desvinculado totalmente del discurrir diario de la entidad.
Kiat, sin embargo, siempre se ha mostrado algo más dialogante: “Soy consciente de que debemos contar con los verdaderos aficionados del Valencia. Nuestro camino al éxito puede ser diferente al que vosotros tenéis en mente”, manifestó al periodista Vicente Ortiz en julio de 2020, en plena marejada social tras la calamitosa temporada siguiente a las destituciones de Marcelino García Toral y Mateu Alemany. Al menor de los dos hijos de Peter Lim siempre le ha gustado el fútbol, la tecnología y el mundo de la empresa. Con esos antecedentes, era cuestión de tiempo que buscase “su propio espacio” en este sector, tal y como reconocía a finales de 2021 en una entrevista en The Straits Times, uno de los diarios que mayor cobertura suele ofrecer a los proyectos de emprendimiento de la familia Lim.
El joven empresario es consciente de su posición privilegiada y, de hecho, se toma su exclusivo ámbito familiar con cierto humor. “Obviamente no soy un hombre hecho a sí mismo”, indica con ironía en su perfil de Linkedin. Lejos de la repercusión de las redes sociales monopolizadas por su hermana desde hace años, Kiat prefiere definir a menudo su infancia como “normal”; todo lo normal que puede ser teniendo como padre a uno de los hombres más ricos del planeta.
Desde pequeño compartió con su padre su afición por el fútbol: en su juventud, era habitual que Peter Lim llevase a Kiat a jugar partidos durante su etapa escolar. Por eso considera al fútbol un elemento “nostálgico” al que le une un fuerte apego incluso en la actualidad. “Los fines de semana veía partidos con mi padre en la televisión, encuentros del Manchester United. Incluso cuando viajábamos, siempre organizaba una ‘escapada’ para poder ‘colar’ en nuestra ruta al menos un partido en el estadio”, rememora.
Kiat Lim es graduado en Psicología por la University of New South Wales de Australia (2014-2017). “Casi me gradué con mención honorífica, pero ‘casi’ nunca es suficiente”, agrega. También apunta que, durante sus tres años como estudiante, “comí exactamente lo mismo para almorzar casi todos los días”.
No tardó en comenzar a curtirse laboralmente en las diferentes empresas del ‘holding’ propiedad de su padre: pasó por la consultora financiera Kestrel Capital durante un año (donde también trabajó Joey Lim, actual miembro de la junta directiva del Valencia CF), es Director de Proyectos Especiales de RSP TopCo y, desde 2019, es vicepresidente de la Asociación de e-Sports de Singapur (SGEA), que a su vez forma parte del Comité Olímpico de Singapur. Al año siguiente pasó a formar parte del comité de la Federación Global de e-Sports.
Ya desde sus primeros pasos en el ámbito empresarial, Kiat Lim ha orientado su perfil a las nuevas tecnologías y a buscar vínculos provechosos con otros sectores. Es hijo de Peter Lim, sí, pero quiere marcarse su propio camino: “En realidad, nunca he intentado satisfacer las expectativas de mi padre. Por supuesto, espero que algún día esté muy contento y orgulloso de mí, pero yo también espero poder decir algún día lo capaz que soy y lo orgulloso que estoy de lo que he conseguido. Es algo a lo que aspiro”, explicaba en una entrevista hace unos meses.
De hecho, ya ha probado suerte a la hora de unir los ámbitos de la tecnología y la salud: desde principios de 2022 es CEO de Thompson X, “la rama digital de Thompson Medical Group” centrada en la tecnología de la salud, colaboraciones y proyectos ‘medtech’.
Curiosamente la figura clave en la unión de fútbol y tecnología acabó siendo, hace menos de un año, un buen amigo de Peter Lim. “Cristiano Ronaldo y mi padre son íntimos, se conocen desde hace muchísimo tiempo. La primera vez que le conocí ya estaba en el Real Madrid. Es muy buen tío. No suelo impresionarme a menudo, pero cuando le veo pienso: “Caray, menudo ‘bicho’ de hombre”. Es alto, fuerte… Es muy majo, es un placer trabajar con él”, dijo el joven a The Straits Times.
La primera experiencia de Cristiano y Kiat cristalizó en octubre de 2021, con el lanzamiento de ZujuGP. Esta plataforma digital aspira a “digitalizar la experiencia de los partidos en directo para los aficionados, aportando entretenimiento, ‘networking’ y opciones de comercio online; además de construir un ecosistema de servicios para que los clubes puedan contratar futbolistas y empleados, además de entrenar y apoyar a jóvenes jugadores con una plataforma ‘open source’ y guiada por inteligencia artificial”. “El futuro del fútbol está aquí y es digital”, agregó Kiat Lim en el comunicado oficial de lanzamiento.
El pequeño de los Lim asegura que este proyecto era algo que llevaba en mente desde hace mucho tiempo, fruto de las conversaciones que ha mantenido a menudo con su padre: “Mi padre y yo concluimos que el modelo de negocio que sustenta al fútbol está ‘roto’, con los costes de mantenimiento creciendo exponencialmente mientras que los ingresos se mantienen igual. Buscamos formas diferentes de interactuar con el deporte. Hasta la fecha es muy pasivo: te recuestas en el sillón y ves el partido. Queremos que haya interacción con el juego para que sea más emocionante para el usuario”, asevera.
Con Cristiano como ‘padrino’ e imagen de su primera aventura empresarial en el ámbito del fútbol, Kiat ha ampliado su actividad en los meses recientes. A principios de abril de 2022, ZujuGP adquirió la empresa Tokigames asiática para ayudarles a “gamificar la plataforma y desarrollar experiencias y actividades inmersivas para aficionados al fútbol de todo el mundo”. Meses antes, en enero, Kiat se zambulló en el mundo de los NFTs (‘tokens’ no fungibles) al crear ARC, una comunidad digital privada para emprendedores de nueva generación impulsada por la tecnología ‘blockchain’.
Y en febrero, el pequeño de los Lim lanzó la primera Organización Autónoma Descentralizada (DAO) en el mundo del fútbol profesional, a la que llamó CO92 DAO en honor a la ‘Class of 92’ del Manchester United. Los exfutbolistas Gary Neville y Nicky Butt, entre otros, forman parte del proyecto. Según sus impulsores, permitirá “a los aficionados ser propietarios de una parte de un club”, con un funcionamiento similar a los ‘tokens’ que ya se vienen empleando en el Valencia CF de la mano de su acuerdo con la empresa Socios.com. “El objetivo del proyecto es que un club propiedad de sus aficionados sea accesible a todo el mundo”, indicó Neville en una nota oficial.
Con todos los proyectos comerciales en los que está inmerso, el anuncio de Kiat Lim en las horas previas a la final de Copa (“espero poder estar aquí más a menudo en el futuro para representarle”) suena a siguiente paso lógico en su crecimiento como empresario.
Desde hace muchos meses, voces autorizadas en organismos como LaLiga han visto con preocupación cómo crecía la brecha abierta entre aficionados valencianistas y la actual directiva, encabezada por un Anil Murthy que también ha tenido su ración de conflictos con la Real Federación Española de Fútbol. El rechazo que genera la figura de Murthy entre los aficionados tampoco es ajeno en el seno de Meriton Holdings.
No es la primera vez que surgen los rumores de sucesión al frente del club (recordemos la llegada de Joey Lim en el año 2020, que acabó convirtiéndose en un ejecutivo más al servicio de Murthy), pero sí es la primera vez que uno de los hijos de Peter Lim articula verbalmente de manera clara una intención de pasar más tiempo sobre el terreno.
Así las cosas, no parece haber intenciones de una hipotética venta de la mayoría accionarial; después de todo, la línea de actuación económica (lejos de la fuerte inversión de las primeras temporadas de Meriton en el club) y el último mensaje de Kiat Lim antes de la final de Copa apuntaban a continuismo: “Queremos la Copa y queremos los trofeos, pero hay un elemento por el cual, para lograrlo, el club ‘debe existir’. Debe estar ahí para poder ganar trofeos (…) Ganemos o perdamos, siempre estaremos ahí para el club, juntos”.