VALÈNCIA. Por la cabeza de Gonzalo Melero ahora mismo pasa estar el sábado ante el Eibar. Es un reto complicado y el centrocampista del Levante lo sabe, más cuando esta es su primera semana en la que, en caso de completarla, vuelve a las sesiones junto a sus compañeros. Y es que ya se cumplieron las seis semanas previstas de parón para él por su lesión en los isquios de su pierna derecha, y el próximo domingo cumplirá dos meses parado tras caer al dique seco el 11 de febrero en la ida de las semifinales de Copa ante el Athletic.
"No tengo ninguna molestia en la zona de la lesión. A ver si puedo volver este sábado, y si no la semana que viene", ha dicho Melero en los medios oficiales del club. El madrileño se dejó ver en redes sociales la pasada semana -también lo transmitió el propio club- tocando balón, pero en solitario. Y esta semana su trabajo está siendo de momento parcial con el resto de la plantilla. Por eso se antoja complicado, aunque no imposible, que entre en la lista que Paco López ofrecerá en la tarde del viernes.
Para Melero, su lesión "fue una pena" por el momento en que llegó: "Estábamos metidos en Liga y Copa, y teníamos partidos muy bonitos por jugar. He visto todo desde fuera y he sufrido más que nunca. Sobre todo el de las semifinales, es el día que peor lo he pasado fuera de un campo", ha recordado.
"Quedan 9 partidos de Liga y el objetivo es meternos entre los 10 primeros", asegura el '22' granota. "Primero tenemos que ganar en Ipurúa, porque el equipo tiene ganas de levantarse después de la derrota contra el Huesca". El encuentro de esta próxima jornada tendrá, precisamente, una similitud con ese al que se refiere Melero: "Ellos también se juegan la vida".