VALÈNCIA. El esperado y anunciado cara a cara entre el entrenador del Valencia, Javi Gracia, y el presidente de la entidad, Anil Murthy, se producirá en la jornada de hoy si el dirigente no decide prorrogarlo para otro día. En el club, los empleados cruzan apuestas sobre el desenlace de esta crisis en el banquillo de una institución centenaria, que sobrevive dando bandazos desde que Meriton Holdings está al timón.
A la reunión, probablemente a hora de comer, se sumarán el agente del entrenador, José Rodríguez 'Rodri', y el núcleo duro de Meriton en la ciudad, Joey Lim, Teo Swee Wei y Kim Koh. Miguel Ángel Corona, el secretario técnico, también estará presente.
La estrategia de Anil Murthy, desde que el lunes por la noche conoció el cabreo de Javi Gracia y su intención de organizar una reunión inmediatamente, era la de dejar transcurrir el tiempo para que menguase el malestar del entrenador. En la jornada de ayer jugó al gato y al ratón con el técnico.
El siguiente paso fue el de enfriar el encuentro previsto para esta jornada, montando una entrevista en la web del club para desagraviar al técnico, que automáticamente fue difundida por todas las redes sociales del murciélago. El dirigente espera que, con el paso del tiempo, Gracia sea más permeable a sus explicaciones después de que él haya admitido en público que "entiende la frustración del entrenador" en quién "confía mucho". En la cita estará presente por primera vez el nuevo hombre de Peter Lim en la ciudad, Joey Lim.
El resultado del cónclave dependerá de Javi Gracia, al que su agente, Rodri, le ha recomendado calma. El técnico, deshecho en la jornada del lunes y con síntomas de padecer el síndrome del trabajador quemado, agradeció el apoyo de los capitanes en la mañana de ayer pero abandonó, todavía molesto con la propiedad, la ciudad deportiva de Paterna.
El lunes por la noche valoraba presentar la dimisión si Murthy no era capaz de ofrecerle argumentos convincentes, pero los consejos de su agente suavizaron su postura. El preparador navarro, no obstante, mantiene su decisión de afearle al presidente todas las promesas que no ha cumplido en el mercado de fichajes y, en base a las respuestas, podría marcharse. Gracia, además, si continúa, insistirá en pedir refuerzos en el mercado de enero. Y demandará que el club empiece a rearmarse y a trabajar ya para no hacer tarde en esa nueva ventana de incorporaciones.
Murthy deberá andar con tiento para satisfacer las expectativas de fichajes del entrenador si las acepta, ya que una nueva negativa cuando se reabra el mercado precipitará de nuevo otro enfrentamiento. Las partes podrían pactar un periodo de no agresión hasta ese momento pero la paz, muy delgada, dependería de los movimientos de la propiedad que apreciara el técnico en el mercado. Si no los detecta, volverá a denunciarlos en rueda de prensa y todo estallará de nuevo.
Gracia no se fía de que el club decida gastar antes de enero lo que no ha gastado hasta la fecha. Y desde Singapur, Peter Lim no autorizará el gasto hasta que el fair play financiero, que presenta un déficit de 20 millones de euros, no esté equilibrado. Ese desequilibrio solo es factible con la salida de jugadores. Y en la parrilla de salida están los mismos que hoy: Cillessen, Gameiro, Cheryshev y Kondogbia, por el que el Atlético de Madrid, que tiene dinero para fichar por el clausulazo de Thomas Partey, podría pujar en el mercado de invierno.
Sobre la mesa de negociación habrán muchas piezas que encajar y el acuerdo para que el entrenador siga no es sencillo. Depende de la inversión -esta vez en serio- de la propiedad en fichajes en el mercado de enero y de las ventas previstas por el club que se produzcan. Si Gracia detecta que Anil Murthy titubea tiene dos opciones: dimitir o seguir denunciando la situación en conferencia de prensa y esperar a que lo echen. Económicamente para él, esto último sería lo más inteligente.