Gracias Carlitos

VALÈNCIA. En un momento de penuria deportiva, económica e incertidumbre la casi segura marcha de Carlos Marchena me parece una pérdida de las que genera un escombro importante. No porque sea el principal artífice del próximo proyecto, ni mucho menos. Pero su figura sí que era uno de los pocos rayos de luz en los que muchos valencianistas se identificaban y sentían que estaban en buenas manos. 

El tándem que se formó el pasado mes de febrero en plena crisis generó un voto de confianza. No por currículum y sí por el legado que dejaron en un escudo centenario. Baraja y Marchena a su manera lograron el objetivo de mantener al Valencia en Primera. Se puede valorar si es suficiente para renovar su contrato con el Valencia CF, pero lo que no se puede negar es que la situación era desesperante y consiguieron salvar los muebles.

En cuanto a Marchena, ahora que seguramente no va a estar... Solo puedo darle las gracias. Por muchas cosas. Venir al Valencia con el 'Pipo' fue un acto de fe y responsabilidad. Con un 'amigo' y un entrenador con el crédito casi agotado tras algunos tropiezos en Segunda. Todos conocemos el 'corazón' sevillista de Carlitos, pero él también es consciente del club en el que se convirtió en una leyenda. Siempre ha dado su lugar al Valencia CF. 

El problema reside en que Marchena era más que un segundo entrenador. Una leyenda del club, con conocimiento de la exigencia del Valencia CF y sentimiento de pertenencia con Mestalla. Un tipo carismático y que era el complemento con un carácter diferente al que tiene el 'Pipo'. No será fácil ocupar su hueco.

Al final, Marchena acudió al rescate de un Valencia 'herido' y ahora pase lo que pase, no acabará 'quemado' por Meriton. Ojalá tampoco le pase a Baraja.