Gracias, Mario; gracias, Kempes

VALÈNCIA. Unas crónicas del periódico argentino Olé que durante semanas hablaban de tus habilidades futbolísticas sirvió para que el gran Pasieguito con la aquiescencia del presidente Ramos Costa cerrarán tu contratación con el Valencia. No existía el big data pero tus actuaciones llegaban a ser conocidas en España y el Valencia acudió con rapidez y valentía para que te enrolaras en sus filas. Un acierto mayúsculo. Aunque los principios fueron difíciles, pronto conquistaste el corazón de todos los valencianistas con tus galopadas, tus fintas, tus regates, tus remates de cabeza, tu visión de juego y sobretodo tus goles. Cuando había una falta directa los gritos de "Kempes, Kempes, Kempes" resonaban  en el estadio y era el preludio de que la posibilidad del gol estaba cerca. No se equivocaban. Mario erraba pocas veces. El estribillo no diga Kempes diga gol acompañaba a todos los valencianistas. Nos diste mucho Mario. 

El martes tuviste el reconocimiento de la Generalitat Valenciana con la entrega de esa distinción tan merecida. El presidente de la Generalitat Ximo Puig y la vicepresidenta Mónica Oltra, paternera como yo, tuvieron unas palabras muy justas y lindas, glosando  tu trayectoria deportiva y tus grandes aspectos personales. Asistieron personalidades políticas, deportivas, compañeros, periodistas en un acto entrañable. También el Hércules se sumó a ese homenaje porque ahora que yo estoy viviendo en Alicante sé que te quieren con locura y que dejaste una huella extraordinaria. Y eso que estuviste poco tiempo, pero te adoran. Fue un acto de justicia y totalmente merecido.

Intuyo que te gustó porque tu discurso fue también muy sentido y extraordinario. La emoción en algún momento apareció, pero la sorteaste como en los mejores tiempos con un rápido regate. Tu humildad y tu grandeza siempre me han sorprendido. Todos los compañeros te adoramos. Cuando estábamos jugando teníamos otra perspectiva. Eras nuestro compañero. Con el paso del tiempo la visión se hace más amplia. Nosotros y el Valencia fuimos más grandes gracias a ti. Nos conocían por ti y nos contrataban en las giras por ti. Recuerdo cuando jugábamos que siempre pedías el balón. Si alguna vez o muchas no comprendíamos tus desmarques me decías: "cabeza ,que voy de blanco como tú" o "amagas más que el catalán refiriéndote a Solsona". Pero siempre la pedías y siempre diste la cara en el campo y fuera por todos nosotros. Fuiste y sigues siendo un gran compañero. 

Recuerdo las cenas después de los partidos con nuestras parejas . Ocho o nueve parejas que íbamos formando un buen grupo humano. Tu hermano Arias, Solsona, Felman, Morena, Palmer, Bonhoff éramos asiduos. Eras uno más de nosotros. Ese vestuario diario con nuestro querido Españeta dándonos toda nuestra vestimenta en un estado perfecto. Todo era normal. Pero a veces me paraba a pensar y me decía interiormente, que suerte tenemos de jugar a tu lado, que suerte y que increíble jugar al lado de un campeón del mundo con Argentina y que ha sido el máximo goleador de un mundial. Y tú tan normal sin ningún atisbo de divismo, con tu milanesa con ensalada y con tu sencillez.

Gracias, Mario. Sé que tu dijiste en ese discurso que sin tus compañeros no hubiera sido nada posible. Eso te engrandece, pero todos sabemos que te debemos mucho a ti. Cuando tuviste que salir del Valencia, saliste con elegancia y en esta última etapa saliste por decir verdades que los mismos dirigentes han comentado que han querido revertirlas. Tu grandeza y tu valencianismo está de sobra probado. Siempre esgrimes la bandera valencianista. Eres un valenciano más. No se si argentino-valenciano o valenciano-argentino. Pero la huella que has dejado es grandiosa e imborrable. 

Los niños del colegio que te avasallaron a la entrada de la Generalitat son la muestra del cariño que te tenemos. Si tuviera una varita mágica te quitaría unos años para que esos niños te pudieran ver jugar y disfrutar de tu fútbol. Los aficionados del Valencia y tus compañeros te quieren por tu fútbol y por tu humanidad. Si el escudo un día apareciera con una melena todos reconoceríamos que esa melena al viento era la tuya. La de mi compañero y amigo Mario y la del adorado por todos los aficionados valencianistas Mario Alberto Kempes. Gracias ,campeón. ¡Te debemos tanto!