Hoy es 15 de octubre
VALÈNCIA. Se siguen sucediendo los acontecimientos de la crisis que ha sacudido el Valencia CF en las últimas jornadas. Si el lunes parecía presentarse un escenario tendente a la salida fulminante de Mateu Alemany que comportaría un efecto dominó cuyas siguientes piezas eran Pablo Longoria y Marcelino García Toral y su cuerpo técnico, el impás de los últimos días parece llevar a un periodo de reflexión que induce a pensar en una “explosión controlada”.
Lo que si queda claro es la predisposición absoluta del cuerpo técnico a abandonar el club si Mateu Alemany es fulminado por Peter Lim. Pese a la adhesión total mostrada por la plantilla hacia Marcelino y su equipo de trabajo que ha complacido sobremanera al inquilino del banquillo y los suyos, pocas posibilidades habría de la continuidad de Marcelino sin la figura de Mateu Alemany en el club.
¿Cuál es el minuto por el que atraviesa actualmente el partido y cuál es el marcador? Peter Lim sabe, tras haber consultado con su gente en Valencia, que la ciudad es un polvorín a punto de estallar si ejecuta como tenía previsto en un principio (y así se lo informó al Consejo de Administración reunido en Singapur el lunes) a Mateu Alemany. Como buen negociador, el balear intentó hacer llegar hasta Singapur su voluntad de no provocar una ruptura traumática y esta idea llegó hasta Lim. El propietario del club, está dispuesto a considerar una prórroga del crédito hacia su director general (y por tanto hacia su entrenador). Es más, Mateu Alemany ha sido convocado a una reunión en Singapur para verse con el dueño del club. No tiene sentido que le convoque para fulminarlo (de eso se pueden encargar en Valencia), e incluso yendo más allá, Plazadeportiva.com tiene confirmado que Alemany iba a viajar a Singapur el viernes para estar en la reunión del consejo. Sin embargo, Lim paró ese viaje porque su voluntad en ese momento era la de despedir al balear. Parece evidente que se camina hacia una posible solución, pero en un escenario muy diferente: las reglas han cambiado.
La política deportiva la vuelven a marcar desde Singapur, y fundamentalmente con prioridad para el socio y amigo del propietario, el agente portugués Jorge Mendes. El luso ya había mostrado su disconformidad absoluta con Mateu Alemany y Marcelino el verano anterior cuando trajo una oferta de 60 millones de euros por Rodrigo, que la parcela deportiva del club (Alemany y Marcelino) rechazaron.
Este año la cosa fue a más con nombres como Leao o Fekir. En el caso del ya jugador bético Mendes enfureció al saber que el Valencia le descartaba por el estado de su rodilla mientras daba el visto bueno para el fichaje de Rafinha a quien el portugués consideraba un fichaje del mismo o incluso más riesgo.
Pero fundamentalmente hay dos nombres que han roto la baraja. Uno es de el Otamendi, a quién tanto Mendes como Lim querían en Valencia dada su inmejorable relación personal con el argentino. Además, dicha operación pasaba por el traspaso de Diakhaby al Wolverhampton de Nuno por una cantidad cercana a los 40 millones de euros. Sin embargo, desde la parcela deportiva del club, se entendía que la ficha del argentino sería un factor de agravio para el resto del vestuario y además se duda de la capacidad del futbolista para aceptar en la plantilla otro rol que no sea el de titular indiscutible.
Aún existe otro nombre más propuesto por Mendes y rechazado por la parcela deportiva. Se trata del colombiano Radamel Falcao a quien Mendes intenta sacar del Mónaco por el momento sin éxito. Mateu y Marcelino hubieran declinado la contratación del cafetero por entender que su mejor época ya queda lejana, su ficha y por considerar que el delantero de área para la plantilla es una posición ya cubierta con la contratación de Maxi Gómez.
Todos esos episodios abren una brecha que ha sacudido el Valencia CF desde el domingo pasado. El armisticio pasa por una continuidad de Mateu Alemany y Marcelino con una considerable disminución en sus atribuciones y en el poder en la toma de decisiones. De esa manera Meriton evita que la ciudad vuelva a levantarse en armas contra su gestión al posponer marcha de su parcela deportiva.
Las grandes preguntas que cabe hacerse son: ¿aceptarán Mateu y Marcelino este nuevo escenario? ¿Sin capacidad de decisión en Alemany, cuánto aguantaría el entrenador una mala primera vuelta como la de la temporada anterior? ¿Funcionará la relación entre propiedad y ejecutivos deportivos del club? Si la respuesta a la primera pregunta es afirmativa, el tiempo contestará al resto de cuestiones.