VALÈNCIA. Milagro o hazaña. Así puede definirse la temporada del Club Balonmano Mislata. Una austera entidad que, desde 2005, ha logrado un notable crecimiento hasta la actualidad contando con hasta 14 equipos que abarcan desde la categoría prebenjamín hasta Primera Nacional, incluyendo equipos de balonmano inclusivo y veteranos.
Y es que, a pesar de las grandes dificultades económicas que afronta la entidad valenciana, el club continúa haciendo malabares al mismo tiempo que cosecha resultados destacados, haciendo crecer su escuela y manteniendo firme su compromiso de integración a través del deporte.
El secreto de su gestión radica en el esfuerzo y el compromiso de quienes defienden el escudo tanto en la pista como el despacho. Jugadores, entrenadores y gestores del deporte. Uno de los principales objetivos del BM Mislata es fomentar la práctica del balonmano y transmitir los valores inherentes a este deporte a los más jóvenes. El recorrido suele comenzar en las escuelas, donde el club lleva a cabo actividades extraescolares en cinco instituciones educativas.
Tras una temporada que estuvo acompañada de logros deportivos en diferentes categorías, la entidad mislatera ostenta un destacado tercer puesto obtenido por el equipo cadete en el Campeonato de España. Además de este heroico bronce nacional, el club se ha proclamado campeón autonómico en la categoría cadete e infantil además de un tercer puesto en el Campeonato Autonómico juvenil.
Como si fuera poco, tres de sus equipos -infantil, cadete y juvenil- clasificaron a los sectores correspondientes al Campeonato de España. Resultados que también se vieron plasmados en los equipos de mayor categoría como el Senior A, que finalizó en la 6º posición de Primera Nacional; el filial, que consiguió el ascenso a 2º Nacional; y el equipo veterano que conquistó la liga regular de la Comunidad Valenciana y consiguió el tercer puesto en la Copa Juan Torres.
El éxito deportivo, como contraste de la realidad financiera
A pesar de estos éxitos deportivos, el club se enfrenta a numerosas dificultades para obtener ayuda externa en forma de patrocinios. Una realidad que amenaza con la renuncia de algunas participaciones en competiciones debido a la falta de recursos, ya que el número de colaboraciones no crece al mismo ritmo que los logros deportivos obtenidos por el club. El esfuerzo que hace frente a estos gastos es gracias a las propias familias y al Ayuntamiento de Mislata.
A pesar de las dificultades económicas, el club se rige por el lema "No queremos dejar a nadie atrás" y, por tanto, cada temporada se crean diversas herramientas con el fin de que la práctica deportiva y los viajes -cada vez más frecuentes a las competiciones nacionales- no se conviertan en una preocupación para las familias con ingresos más bajos.
Como si fuera poco, el club contribuye en la concesión de becas académico-deportivas a 20 jugadores cada año, con fondos propios, para hacer más ayudar a las familias de los deportistas.
Rendimiento deportivo y compromiso social
La entidad de Mislata tiene un doble objetivo: alcanzar el máximo rendimiento deportivo, avanzando cada año en la jerarquía nacional, y promover la inclusión social a través de la práctica deportiva.
Precisamente, la labor social es uno de los motores que impulsa al club, ya que brinda apoyo en la medida de lo posible a multitud de personas en riesgo de exclusión social, permitiéndoles sentirse verdaderamente involucradas en la sociedad.
Con esta intención, el club estableció la división de balonmano inclusivo, la cual cuenta con dos equipos y son financiados con los propios fondos del club, lo que dificulta la sostenibilidad del proyecto a largo plazo.
Mislata Handball Fest, un evento deportivo para recaudar fondos
Una de las divisiones donde también destaca la entidad deportiva de Mislata es en la organización y celebración de eventos deportivos. Y uno de los más importantes es el Mislata Handball Fest, con el que el club consiguió el segundo premio Empren Esport en la categoría evento deporte base, y con el que busca este verano una forma de continuar promoviendo el balonmano en categorías inferiores e intentar sufragar los gastos de sus diferentes líneas deportivas.
Así es la temporada -y la realidad- de un Balonmano Mislata, el equipo que convive con el paradigma de los buenos resultados y la falta de recursos. Milagro o hazaña, el club continúa sacando petróleo a nivel deportivo y eclipsando una difícil realidad financiera que hace más meritoria cada victoria.