VALÈNCIA. Viento en popa, a toda vela. El Levante de Javi Calleja sigue engordando su récord de encuentros sin perder en el fútbol profesional. Ya son 17 y la racha de Mané en la temporada 05/06 queda cuatro partidos atrás -entonces fueron 13, entre seis victorias y siete empates, los partidos que el cuadro granota encadenó sin caer derrotado-. Sin embargo, todavía quedan techos por romper. Con el triunfo en Cartagonova que llevó al Levante a los puestos de ascenso directo, tamibién se logró igualar la plusmarca de 17 jornadas invicto que firmó el equipo de Juande Ramos entre 1994 y 1995. La diferencia, que entonces el conjunto de Orriols pasaba por la extinta Segunda B, tal y como ha recordado este lunes el Departamento de Patrimonio Histórico del club. Aquella temporada se concatenaron 13 triunfos desde el inicio y se cayó en la jornada 18 en casa.
Buenos días ????????
— LUDhistoria (@LUDhistoria) February 6, 2023
Tras la notable victoria de ayer en Cartagonova (1-2) el @LevanteUD de Miñambres y @javiercalleja_ iguala las 17 jornadas que el Levante de Juande Ramos estuvo invicto en el curso 94-95 en Segunda B. Otro paso más???????????????????? #LUDhistoria pic.twitter.com/7POSPhwSQb
Si el Levante puntúa ante el Andorra, se habrá roto otra barrera, perteneciente en este caso incluso a categorías no profesionales. Serán 18 citas sin derrota y se marcará un hito memorable tanto en la entidad granota como en la propia Segunda División. Eso sí, el fin de semana próximo Calleja tendrá otro reto: firmar por primera vez en el curso tres victorias consecutivas. Ya se ha logrado, pero fue en el proceso de sustitución en que Felipe Miñambres, a quien también pertenece parte del récord actual, agotaba su interinaje a la espera de la firma del propio Calleja. Fueron cuatro encuentros: Mirandés, Leganés, Ibiza y Sporting de Gijón. No obstante, desde que el madrileño asumió el control, todavía no se han enlazado más de dos. Otra barrera personal a tiro.
Más tarde, si es que es posible alcanzar tales cotas, llegará el momento de saltar muros históricos a nivel nacional. Mientras Calleja pulveriza récords en el ámbito del club, bien podrían confirmarse otros números que entrarían directamente en el salón de la fama de la Segunda División. Y es que, si ahora mismo son 17 los partidos que el conjunto levantinista ha encadenado sin perder, el tope histórico de la categoría lo ostenta el Real Valladolid. La cifra da vértigo: 29 seguidos consiguió cerrar en la 06/07 el equipo dirigido por José Luis Mendilibar -otro conocido por la parroquia del Ciutat-, que pasó de la jornada 7 a la 35 sin caer (por supuesto, consiguió el ascenso como primer clasificado con 88 puntos, la segunda máxima puntuación de la historia en Segunda).
Más cerca de aquella brutal marca existen otras para el Levante. El siguiente escalón al que se puede dar caza es el del Celta en 1976 (encadenó 19 choques sin derrota), seguido de la UD Salamanca (20 en la 96/97), Las Palmas (21 una campaña después) y el Espanyol (22 en 1994). Además, justo por debajo del gran récord de Mendilibar está el del Sporting, que logró enlazar 25 partidos sin perder entre dos temporadas consecutivas: en 2014 (acabó cayendo en playoffs) y en 2015 (cuando ya logró subir como segundo clasificado).
Lo curioso es que no todos esos casos se saldaron con un ascenso. Sí lo logró aquel histórico Valladolid y el Sporting de manera directa. También el Espanyol como líder en el 94 o el Celta, segundo, en el 76. Sin embargo, existen casos de récord sin premio. Las Palmas cosechó ese período de 21 partidos invicto en el 98 y se acabó quedando sin subir a Primera en la promoción, cuando entonces se disputaba con un formato diferente al actual. Y es que, antes de que se suprimiesen por una larga temporada las eliminatorias y se implantase el sistema de tres ascensos directos, los playoffs consistían en el enfrentamiento entre el 3º y el 4º de Segunda y el 17 y 18º clasificados de Primera. Fue el año del ascenso del Villarreal, cuando los amarillos mandaron al Compostela a los infiernos y el Real Oviedo se salvó manteniendo en Segunda a Las Palmas, que había acabado con la medalla de bronce aquel campeonato.