VALÈNCIA. Javi Calleja es el entrenador que quiere Felipe Miñambres para reconducir el rumbo que perdió el Levante de Mehdi Nafti. La última apuesta del astorgano fracasó con estrépito después de que el club le otorgara el llavero completo de la planificación deportiva. Tras la decisión de cortar al anterior técnico, Alessio Lisci, contratar a Nafti y armar la mejor plantilla de la categoría al precio de endurecer la obligación de lograr el ascenso directo, ahora Miñambres ha habido de encontrar una alternativa de peso y examinada por la entidad. El expreparador del Villarreal fue el hombre que el director deportivo trasladó al Consejo y el que se espera que, con el encuentro ante el Leganés ya encima, pueda coger el testigo en los preparativos para al visita a Ibiza.
Calleja ya había sido sondeado por Miñambres en la anterior criba que terminó con Nafti en Orriols, pero el madrileño entonces también esperó que tocara el timbre algún club de la élite, incluso alzarse como alternativa a los primeros proyectos perdidos de la Primera División. Es precisamente lo que ocurrió en Elche tras el despido de Francisco, aunque en este caso Bragarnik ha arramplado con los peinados de mercado al anunciar el regreso de Jorge Almirón delante de otras alternativas como el propio Calleja. Y por delante, Bordalás. Incluso Paco López tuvo noticias del cuadro ilicitano para ser incluido en el abanico de posibilidades para el timón del Martínez Valero.
Además, Calleja cumple una particularidad: es un técnico 'estilo Miñambres'. El ejecutivo leonés ha dejado caer en varias de sus comparecencias públicas su gusto por el juego combinativo. La última, en la rueda de prensa post-partido tras la victoria en Miranda del Ebro. Miñambres tiene claro que, si por sus directrices directas se rigiese el modo de juego del Levante, la idea pasaría por la tenencia del balón: "Con la pelota hemos sido el equipo que queríamos ser, queremos tenerla y dominar los partidos", dijo el director deportivo y entrenador interino en Anduva. Toda una declaración de intenciones respecto al deseo del astorgano con el entrenador que recoja al Levante de su caída.
Álvaro Cervera no es el entrenador que quería Miñambres, pero sí uno de los que flotaban entre las posibilidades del Consejo. El guineano se deja caer de vez en cuando por el Ciutat. No solo en el pasado encuentro ante el Racing, sino en varios otros partidos ya desde la temporada pasada, cuando quedó sin proyecto tras ser despedido del Cádiz. Sin embargo, Cervera abandera un estilo demasiado marcado y en las antípodas de lo que propone el propio director deportivo, aunque en su caso sí cumple un requisito que no existe en el currículum de Calleja: experiencia en Segunda División.
Y es que el madrileño se ha puesto al volante de dos proyectos de élite, ambos en Primera División, y ninguno con la exigencia concreta que apremia hoy al Levante: el ascenso inmediato a Primera División. Es una presión para Calleja desconocida. Sí ha peleado por cotas mucho mayores en Villarreal y en el Alavés, al que salvó de un descenso en primera instancia pero donde no supo mantener a flote el barco en la siguiente campaña. Algo parecido a lo que le ha ocurrido al propio Francisco en Elche. Calleja, al estilo Paco López, ascendió desde el filial al primer equipo del Villarreal y allí, en dos etapas, logró convencer a ratos a la parroquia amarilla.
Eternamente discutido, fue eliminado del banco groguet para hacer sitio a Unai Emery, un entrenador con más experiencia y solera internacional que hizo a los Roig prescindir de su técnico en una maniobra no exenta de crítica por el propio entrenador cesado. Sobre todo, después de aceptar regresar tras la inestable aventura de Luis García Plaza bajo el manto de Roig Negueroles. Ya en el Alavés, Calleja cumplió al relevar a Pablo Machín en el cargo y conseguir 15 de los últimos 27 puntos de la temporada 20/21 y así salvar al conjunto babazorro de la quema. Sin embargo, el siguiente curso arrancó tan tambaleante que ni siquiera se comió los turrones en Vitoria. En 18 partidos de Liga sumó 17 puntos, e incluso arrancó con una horrible racha de cinco choques consecutivos con derrota.