Las mil historias de la vela

VALÈNCIA. De muchos deportes me gustan casi lo mismo sus competiciones que sus historias. Especialmente de aquellos que tienen la suerte de contar con grandes cronistas en España. Y si hay un deporte donde esto sea especialmente acusado es la vela, una especialidad, fundamentalmente en su versión oceánica, pero también con la vasta historia que acarrea la Copa América y la pugna por su legendaria jarra de las Cien Guineas, que tiene capítulos que han dado para un libro o una película.

Esto sucede, por ejemplo, con la Vendée Globe, la vuelta al mundo sin escalas que concluyó a finales de enero en Les Sables d'Olonne (Francia). Jorge Aguadé, con sus crónicas previas a la salida; Pedro Sardina, que es el decano de la información náutica en España, y Alberto Mas, el mejor contador de historias con vela, me han acercado los pormenores de una regata salvaje, una carrera circunnavegando el planeta en ochenta días, como la novela de Julio Verne.

Lo asombroso de esta edición es que ha sido tan ajustada que se ha decidido en algo parecido a un esprint. El primero en llegar a puerto no fue el ganador. Uno de los aspirantes al triunfo perdió sus opciones al colisionar con un pesquero. Y el vencedor fue un velero, el 'Maître Coq IV', patrocinado por una empresa de pollos precocinados.

Pero muchas veces las historias más suculentas se esconden en los secundarios. Como sucedió con el tripulante de más edad, Jean Le Cam, de 61 años, quien confesó al arribar a puerto que, además de haber rescatado entre olas de cinco metros y vientos de 30 nudos al náufrago Kevin Escoffier, abandonado a su suerte en una balsa después de que se hundiera su embarcación, pensó que él también iba a naufragar. "He conocido muchas cosas difíciles en mi vida, pero ahí fuera experimenté lo insoportable, es un milagro que esté aquí hoy", reveló en la llegada.

La historia es que su barco, justo el día después de que evacuaran a Escoffier, se descaminó y, con una grieta, cada crujido parecía anunciar que se iba a quebrar y a hundir irremediablemente. Superó, a base de bricolaje, veteranía y coraje, todas las vicisitudes, huyendo de los vientos más violentos, y tomando la decisión de mantener todos estos problemas en silencio.

Días después seguían llegando barcos a la costa atlántica francesa. Incluido el de Clarisse Cremer, que se convirtió en la mujer más rápida de la historia al completar cerca de 28.000 millas náuticas -más de 50.000 kilómetros- en 87 días. Aunque lo primero que hizo la marinera al pisar tierra firme fue quitarse mérito en su comparación con la anterior plusmarquista, para muchos la mejor navegante de la historia, Ellen MacArthur: "Son ediciones muy diferentes, barcos muy diferentes".

Son historias apasionantes que van ganando a medida que profundizas en ellas. Y a eso precisamente ha decidido dedicarse otro gran periodista vinculado desde hace lustros a la vela, Nacho Gómez, que deja el Valencia Boat Show para zarpar con 'El Role', una serie de podcast sobre náutica que se emiten desde Plaza Radio. Así que ahora, además de leer, también podremos escuchar estas batallitas del mar.

Bon vent i barca nova.