VALÈNCIA. Tranquilidad... de momento. El Valencia CF regresa la competición liguera el próximo lunes después de un parón de más de dos semanas. Tras cumplir expediente en México, el equipo de Rubén Baraja vuelve a la realidad. Después del timorato empate en Leganés, el crédito de Baraja necesita puntos ante Las Palmas y Getafe para no correr riesgos de agotarse.
Tras el batacazo que se dio el Valencia CF en San Sebastián, todas las alarmas se encendieron. Baraja dio un tirón de orejas a sus futbolistas, en busca de una reacción. El técnico apostó por un cambio de sistema para cerrar la portería y el botín fue sacar un punto de Butarque. Un empate que no rebajó la tensión que se vive en el ambiente valencianista. El diálogo tenso que mantuvieron Pepelu, Canós o Baraja en los aledaños del estadio del Leganés evidenció el descontento por la dinámica del equipo.
En este sentido, el club transmitió de puertas para dentro un respaldo total a su técnico, al que renovó el pasado verano con una mejora de contrato. En este contexto, el Valencia CF se marcó los siguientes tres partidos antes de evaluar el futuro del entrenador: Leganés, Las Palmas y Getafe. Tras el empate en Leganés, el Valencia CF afronta el partido de Mestalla con la 'presión' de ganar. Una tensión rodea a Baraja y a un vestuario que recupera a Gayà.
"Estoy concentrado en trabajar al máximo, agradezco el apoyo recibido y entiendo también que se ponga en duda mi capacidad. Con estos resultados es normal estar cuestionado te llames Rubén Baraja o quien sea", recalcó el técnico en la rueda de prensa previa al partido ante el Leganés.
Ahora, la confianza del club en Baraja afronta una batalla interna con la necesidad de sumar puntos. Las bajas, los asuntos extradeportivos o el fuerte calendario son excusas que forman parte del pasado y la competición no espera. El Valencia y el técnico van de la mano... si los resultados cambian en un futuro cercano.