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opinión

La Copa del Turbante

11/01/2020 - 

VALÈNCIA. Mañana se paralizará el país para presenciar la gran final de la ‘Copa del Turbante’, ha sido tal éxito del formato y de la sede elegida para tan magno evento que habría, incluso, que fletar cuarenta o cincuenta vuelos charter para satisfacer la demanda de aficionados que querrían viajar a Jeddah y no perderse el partido. Ironía aparte , la RFEF no ha conseguido sino cargarse una competición que se había consolidado como el encuentro entre los campeones de Copa y Liga y... lo ha hecho por querer jugar un papel que no le corresponde. He ensalzado en no pocas ocasiones la valentía de Rubiales a la hora de tomar decisiones importantes y comprometidas como el relevo de Lopetegui cuando ‘reventó’ la Selección por un contrato con Florentino Pérez pero creo y repito que el Presidente de la Federación no quiere entender el papel que le corresponde a la institución que representa. Entiendo que las competiciones oficiales que organiza la RFEF no se pueden desnaturalizar a costa de recaudar dinero aunque deba trabajar todo lo posible por rentabilizarlas pero sin desproveer a la competición de la solemnidad y dignidad que toda competición oficial debe atesorar. La guerra entablada con Javier Tebas y La Liga le está haciendo perder el norte en cuestiones como la Super Copa y , en muchos casos, no le faltan razones pero le guste o no la Liga es la patronal y la Federación es, o debe ser, otra cosa. Cambiar las reglas del juego con la partida en marcha y amoldar la lista de participantes al interés económico , que es lo que ha hecho con la Super Copa, está muy lejos de lo que debería ser el propósito de una Federación que debe velar por la pureza de la competición intentando su sostenibilidad económica, sí, pero sin prostituirla. Si la ‘patronal’ consigue una buena ‘morterada’ de billetes en cualquier confín del Mundo para que vayan dos o cuatro equipos españoles a jugar un trofeo todos debemos entenderlo porque , al fin y al cabo, La Liga es la punta de lanza de la ‘Industria  futbolera’ con independencia de que nos gusten o no las maneras de Javier Tebas que a mi, particularmente, me espantan pero no corresponde a la Real Federación ir montando ‘bolos por los pueblos’ por muy rentables que sean y mucho menos etiquetarlos como Competición Oficial. Si, además, arbitras un reparto económico  atendiendo a parámetros puramente comerciales estás jugando a ser lo que no eres. Pero siendo lo anterior importante, lo más importante desde mi humilde punto de vista, tampoco está bien tomar por gilipollas a todo el Mundo tratando de esconder los verdaderos motivos del negociete detrás de una cruzada moral. Lejos de hacer un relato pormenorizado de la interminable lista de derechos que diariamente se conculcan en Arabia Saudita, lo cual me parecería una hipocresía siendo tantas las empresas e incluso instituciones que compadrean habitualmente con los jeques que por allí habitan, no soporto que me quieran intentar vender que el motivo de nuestra presencia allí es el de ayudar a la normalización de un país que no es normal. Como si la disisidencia árabe , si es que existe, nos hubiera pedido ayuda para liberarse del yugo que le asfixia. Rubiales no es Roosevelt ayudando a Churchill a luchar contra el nazismo aunque pretenda vendernos lo contrario porque la verdad del asunto es que ha ido a sentarse en el trono al lado del Príncipe de turno por dinero. Pero... volviendo al inicio, tampoco le corresponde el papel de ‘Tío Gilito’. Es el Presidente de la Real Federación Española de Fútbol y debería prestigiar el cargo con mayor motivo si, como ha sucedido, sus predecesores no lo han hecho. 

Otro cantar es el asunto puramente deportivo y quien acepta jugar debe competir, justo al contrario de lo que hizo el Valencia el miércoles ante el Real Madrid.

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