Hoy es 4 de octubre
VALÈNCIA. La euforia de Alemania, en una nube de felicidad tras su imperial estreno ante Escocia, goleada 5-1 por el rodillo germano, abordará su segundo capítulo en la Eurocopa ante Hungría, decepcionada y en la cuerda floja tras caer ante Suiza (1-3) pero con unos jugadores clave que conocen la llave para abrir el camino hacia la sorpresa por su sobrado conocimiento de la Bundesliga y de los nombres a los que se enfrentarán este miércoles en el Stuttgart Arena.
Los cimientos del combinado dirigido por Marco Rossi llevan la etiqueta colgada con el nombre de la liga alemana. En todas las líneas, por lo menos uno de los futbolistas húngaros, y muchos importantes, se 'pelea' cada fin de semana con los jugadores de la Bundesliga. Conocen de sobra a varias de las piezas que maneja Julian Nagelsmann y tendrán un papel clave en el encuentro.
Es el caso del portero Péter Gulácsi, jugador del Leipzig; en defensa, Attila Szalai (Friburgo) y Willi Orbán (Leipzig), son esenciales en el esquema de Rossi; András Schäfer (Unión Berlín), gobierna el centro del campo junto a Ádám Nagy; y Roland Sallai (Friburgo), autor del tanto del honor de Hungría en su estreno ante Suiza, ocupa la punta de ataque. Pero, además, su mejor jugador, la estrella Dominik Szoboszlai, ahora en el Liverpool, explotó en el Leipzig, donde en un par de temporadas adquirió la fama necesaria para ganarse un traspaso a la Premier League el pasado verano.
Por tanto, Alemania no debe descuidarse ante un equipo que, de antemano, parece un invitado secundario a la segunda fiesta del conjunto alemán. Gulácsi, Szalai, Orbán, Schäfer, Sallai, Szoboszlai y sus compañeros, tienen la calidad y los conocimientos sobrados como para dar un sorpresón en Stuttgart mientras todos los focos, tras el partido ante Suiza, se han centrado en los comentarios que ha sufrido Martin Ádám, criticado por su aspecto físico. Su altura (1,93) y un perfil que para muchos no es el de un futbolista profesional (86 kilos), provocaron la burla de muchos aficionados a través de las redes sociales. "Es genética, no puedo cambiarlo", dijo el jugador magiar horas después de completar su primer partido.
En el otro lado, la selección de Julian Nagelsmann vive ajena a los problemas. Parece que los que sufría antes del inicio de la Eurocopa se han disipado por completo. El primero, el del apoyo de su afición, que parecía dormida en Múnich y absolutamente eclipsada por los hinchas escoceses. Naggelsmann y su capitán, Ilkay Gündogan, llegaron a pedir apoyo a su país antes del estreno. Ya no lo necesitarán. Alemania se ha enganchado a su selección tras su esplenderosa goleada.
El otro tema de debate en el conjunto germano, el estado de forma de Neuer, también ha quedado atrás. Los cinco goles ante Escocia han curado todas las heridas y el portero del Bayern Múnich, a la espera de un duelo con más exigencias, parece tranquilo debajo de la portería con el apoyo total de su cuerpo técnico y compañeros. Neuer, como los otros diez jugadores que ganaron a Escocia, repetirán en el once de Alemania frente a Hungría.
Entre los elegidos se mantendrán las sensaciones del estreno: la pareja Wirtz-Musiala, agitadores desde las bandas con una juventud (21 años) que no oculta su aparente experiencia y descaro; Kroos, de nuevo, será el timón de Alemania y de él se espera otra exhibición tras dejar un dato espectacular: sólo erró en un pase de los 102 que dio contra Escocia; Gündogan, como enganche, fue aplaudido después de completar un encuentro efectivo; y arriba, Havertz, confía en mantener su eficacia.
En el banquillo esperarán su oportunidad jugadores como Füllkrug, Emre Can, Müller, Gross o Sané, también con hambre de gloria junto al resto de la plantilla de Alemania, toda en plena forma y sin ausencias a la espera de ganar su segunda batalla ante un equipo, Hungría, que sí tiene alguna duda: Nego y Styles tienen molestías físicas y su disponibilidad no está asegurada.
Alemania: Neuer; Kimmich, Tah, Rüdiger, Mittelstädt; Andrich, Kroos; Musiala, Gündogan, Wirtz; y Havertz.
Hungría: Gulacsi; Bolla, Lang, Orban, Szalai, Kerkez; Nagy, Schafer; Sallai, Szoboszlai y Varga.
Árbitro: Danny Makkelie (Países Bajos).
Estadio: Stuttgart Arena.