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el pipo transformó el estilo y el once heredados de la época gattuso

La metamorfosis de Baraja

Foto: Carla Cortés.
2/06/2023 - 

VALÈNCIA. A punto de finalizar la temporada, el Valencia CF camina hacia la jornada definitiva con la incertidumbre de su continuidad en primera división y la de la continuidad del cuerpo técnico y de bastantes jugadores.

Sin embargo pase lo que pase, es innegable la huella que Rubén Baraja y Carlos Marchena han dejado en un un equipo del cual han transformado su once, y con ello han conseguido cambiarle sus constantes vitales tras aterrizar en el mes de febrero en el banquillo de un equipo en posiciones de descenso.

El equipo tipo heredado de la era Gattuso (con el breve paso de Voro) era un 4-3-3 con la idea del juego combinativo y vocación netamente atacante. Baraja tenía una idea muy diferente para su Valencia y conceptos muy distintos de por dónde debería transitar su equipo para la salvación. Por eso avisó desde su llegada de que comenzaba un proceso de cambio que no iba a desarrollarse de manera rápida.

A día de hoy se puede comprobar que la idea del Pipo ya es la que guía al equipo sobre el terreno de juego y la aportación de los jóvenes ha sido decisiva para sacar al equipo (a una jornada del final) de las posiciones de descenso. La aparición de unos y la desaparición de otros ha acabado propiciando un escenario en el once inicial en el cual cinco son los futbolistas que difieren del equipo ideal de Gattuso al de Baraja.

El equipo tipo del entrenador calabrés estaba formado por Mamardashvili bajo los palos, una defensa con Thierry a la derecha y Gayà a la izquierda, y Diakhaby y Cömert como centrales. El trivote en el centro del campo nacía en Hugo Guillamón al cual flanqueaban Yunus y André Almeida. La tripleta de ataque estaba formada por Castillejo en la derecha, Lino en la izquierda y Cavani como centrodelantero. Por cierto que Lino y Castillejo jugaban a pierna cambiada.

Baraja comenzó también en un 4-3-3 pero poco a poco ha ido variando al 4-2-3-1. Mamardashvili sigue siendo indiscutible en la portería, y aunque los últimos partidos los ha jugado Thierry Rendall en la derecha, Foulquier ha tenido mucho más protagonismo (1038 minutos y 14 partidos para el francés con el Pipo y 572 minutos y 10 partidos para el luso). En el eje central se mantiene inamovible Diakhaby pero a su lado cayó Cömert y Baraja apostó por la veteranía de Gabriel Paulista para cerrar la sangría de goles en cada encuentro. El liderazgo y la figura de José Luís Gayà son inamovibles en la banda izquierda de la zaga.

El centro del campo es la línea del equipo que más cambios ha sufrido. Del trivote con Guillamón (o Nico González), Yunus y Almeida se ha pasado a un doble pivote con media punta por delante que se convierte en un 4-2-3-1 sin pelota. Guillamón y Yunus se cayeron tras el Mundial. Una vez retornados de la cita catarí ni el mundialista español ni el norteamericano han dado un rendimiento mínimamente aceptable y han acabado por desaparecer de los onces. En el caso de Guillamón su ostracismo es absoluto y no ha vuelto a pisar el césped en partido oficial desde desde la jornada 28 en Almería. En aquel partido jugado el 9 de abril, Guillamón salió desde el banquillo para sustituir a un lesionado Nico González y sumo 40 minutos; sus últimos 40 minutos hasta el momento.

Algo parecido con Yunus Musah. El norteamericano comenzó contando para Baraja, pero poco a poco fue adoptando un papel más residual en las participaciones en el equipo. Su última aparición con minutos fue en Vigo, partido en el que jugó la media hora final (29 minutos). Ante el Madrid salió un minuto y ante Mallorca y Espanyol, pese a necesitar el equipo argumentos ofensivos, no pisó el terreno de juego.

La eclosión de Javi Guerra ha sido el hecho alrededor del cual ha girado la metamorfosis del equipo. La irrupción del canterano ha construido junto con Nico González un eje en la zona ancha que dota al equipo de equilibrio en la faceta destructiva y de salida de pelota para lanzar los ataques de los de Baraja. Con ellos dos en el eje del centro del campo, Baraja también ha hecho cambios en las alas. Primero porque como en el caso de Javi Guerra, Diego López ha echado abajo la puerta de la titularidad. El asturiano fue entrando poco a poco en un rol de hombre de rotación en banda (que hasta la lesión ocupaba Fran Pérez) y a base de asistencias y goles se ha hecho con un puesto en el once. Samu Castillejo comenzó de manera aceptable el año, pero las lesiones y una imagen un tanto apática en el tramo decisivo de la temporada han acabado por hacerlo desaparecer. Y en la izquierda, aunque es verdad que Lino parece el titular, Baraja ha probado con Kluivert y con Lato más de una vez en ese costado. En el caso de Lato por su capacidad de trabajo dado el carácter más individualista del brasileño, y en el caso de Kluivert, dada su clarividencia para resolver enfrentada a la falta de puntería de Lino.

Arriba es Kluivert quien se ha ganado el sitio. Su rapidez, y su acierto cara a la meta contraria le han puesto por delante de un Cavani que no marca desde el 31 de diciembre de 2022 en La Cerámica. Además de su olfato de gol, el trabajo de desmarque para abrir huecos y facilitar la llegada de los jugadores exteriores y desde la segunda línea le han acabado enfundando la camiseta titular a un futbolista que llegó como recambio para la banda derecha.

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