VALÈNCIA. Con el freno de mano echado. Así está siendo el mercado de fichajes de un Levante que, en años anteriores, ya tenía cerrada una o varias incorporaciones a estas alturas, antes de abrir la ventana de traspasos en julio. Por mucho que, a la postre, se pueda estirar el chicle del cuadre de cuentas más allá del 30 de junio, en Orriols se sigue viviendo con el lastre de la necesidad de vender antes de incorporar futbolistas a la disciplina de Paco López. La realidad es que, se venda por 16,5 millones de euros en una fecha u otra, las nuevas caras granotas habrán de ser en forma de cesión, a coste cero o en cantidades muy reducidas.
Son las características, además, sobre las que se cimentó la estrategia de mercado del pasado verano. Entonces llegaron Malsa, Son, De Frutos y Dani Gómez: los dos primeros, libres; los madridistas, a coste reducido o a través de ingeniería financiera -que es la que hace que hoy exista el camino de vuelta del segoviano hacia el Real Madrid por el 50% de su cláusula de rescisión, aunque ese es un pastel delicioso para el Levante que permanece sin tocar en la nevera-. Con el foco puesto sobre la Segunda División -la estrategia salió bien para el recién terminado curso-, Manolo Salvador y David Navarro ya habían atado a Malsa y Son, procedentes de Mirandés y Ponferradina, a estas alturas. La avalancha de la pandemia obligó a retrasar sus incorporaciones al Ciutat, pero la secretaría técnica ya había arrancado sobradamente su particular carrera en estas fechas.
Si se posa la lupa sobre la anterior ventana de traspasos, el resultado es el mismo. Sergio León, Clerc y Miramón estaban ya cerrados e incluso anunciados como nuevos fichajes en junio. El de esa temporada fue el primer mercado de Manolo Salvador al frente de la dirección deportiva después de salir tras el descenso en el comienzo de la etapa de Tito en Orriols. Sin embargo, el actual cabeza visible de la secretaría técnica levantinista no hizo más que dar continuidad a un control de mercado ya iniciado en su anterior etapa. Otros fichajes como Verza o Rubén Martínez procedentes de Almería en 2015, Jaime Gavilán de Getafe en 2014, Jordi Xumetra del Elche o Andreas Ivansichitz del Mainz en 2013... también firmaron libres y antes de subir la persiana estival.
Tanto es así que las contrataciones con carta de libertad forman parte de otra de las cartas maestras que, en este mercado, todavía no se han tirado sobre el tablero granota en el capítulo de incorporaciones. Es el operativo más complicado de la actual y recién renovada secretaría técnica, que de momento peina la Segunda División en busca de sus prioridades y a la espera de desenlaces sin todavía tener atada al 100% a ninguna nueva pieza. Eso sí, el regreso de cedidos como Pablo Martínez, que será parte de la próxima primera plantilla, se erige como novedad respecto al pasado verano.