VALÈNCIA. La ilusión del Juvenil ‘A’ del Levante UDse quebró en su visita a tierras asturianas al caer en cuartos de final de la Copa del Rey de la categoría ante el Real Oviedo(1-0). Un solitario tanto de Pelayo Garcíaa los veinte minutos de la primera mitad y un buen trabajo de contencióndel cuadro ‘carballón’ bastaron para desactivar a los de Euge Ribera, que esta vez no contaron con el factor campo a favor y regresan a tierras valencianas apeados del torneo.
Vimos enEl Requexón un partido eminentemente táctico y de control.Paco Fernández, aquel centrocampista ovetense de principios de los noventa y ahora técnico del Juvenil ‘carballón’, planteó a los ‘granotas’ un choque en el que maniatar la circulación de balónvisitante y una línea de presión elevada hicieron que el Levante no estuviera cómodomientras el partido iba 0-0.
El único gol del partido llegó en una acción aislada, fruto de la poca contundenciadel central Borjaen dos acciones consecutivas: un despeje primero, que salió demasiado bombeado en área propia, y luego no ganar la posición a los dos delanteros visitantes (Pelayo García yCheli), más ‘menudos’ en corpulencia pero que le desestabilizaron los suficiente para hacerle caer. El árbitro no señaló falta y, entre la tibieza defensiva y la permisividad del colegiado, Pelayorecogió el balón suerte y batió a Molina.
Ya por detrás en el marcador, tocaba tirar de repertorio: balones aCarlos Espí. El ‘9’, en la semana de su convocatoria con el primer equipoy su primera llamada para la selección sub19, cabeceó con poderío mediada la primera mitad peroMateo respondió con un paradón. TambiénKareem tuvo un disparo lejano, pero no fue su día. Con un partido espeso, predecible, con pocas llegadas y ocasiones claras, se llegó al entretiempo.
De nuevoEspí la tuvo a los diez minutos de la reanudación, con unremate muy forzado y casi cayéndose entre los dos centrales, a los que había ganado la posición. Faltó un puntito de fe, la que separa el fondo de la red y el remate desviadolamiendo la cepa del poste. Kareemvolvió a probar, con otro tiro por encima del larguero.
Con ambos equipos algo más cansadosy el campo más abierto, la otra jugada decisiva del choque fue la roja directa a Álvaro Moreno. Llegó tras un ‘enganchón’ con Adrián, en el queel local lanzó -y falló- un puñetazo y el visitante se puso frente con frente con el rival, propinándole uncabezazo que -por leve que fuese- hizo derrumbarse a Adrián, que puso mucho de su parte para sacar al granota del partido. El árbitro no se lo pensó yexpulsó al levantinista, que dejaba a los suyos 1-0 abajo y con un hombre menos a quince minutos del final.
El Levante, pese a la inferioridad, lo intentó en todo momento. El Oviedo esperó pacientemente a los espacios atrás de los valencianos, ypudo matar el choque en un par de contras en las que faltó precisión. Cayeron los minutos y,sin ocasiones claras que llevarse a la boca pero con actitud de buscar la igualada hasta el minuto 97, el Levante se despidió de la Copa del Rey.Fallaron las fuerzas en el peor momento ante un rival que hizo bueno el factor campo ycelebró a lo grande su clasificación para semifinales.