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13 de noviembre / OPINIÓN

Las prioridades en el fútbol 

28/04/2020 - 

VALÈNCIA. Quiero pensar que el fútbol cuenta los días para poder salir de su enclaustramiento y volver a ser lo que era tras un proceso de adaptación coherente y sosegado. Un despertar que se avecina cargado de incertidumbre y a puerta cerrada al menos hasta 2021. Cuesta desdramatizar ante la posibilidad de que un positivo en las once jornadas que faltan pudiese bloquear al conjunto implicado y probablemente también al resto de rivales. Evidentemente el contacto físico será inevitable. Por ejemplo, en un córner no habría la distancia de seguridad posible. Aunque Javier Tebas, presidente de LaLiga, ya ha manifestado que si eso sucediese no se pararía la competición ya que hay un protocolo establecido en caso de una hipotética variación en el escenario. Que si el balón vuelve a rodar, los equipos están obligados a saltar al campo. El que se niegue “recibirá expediente, al principio serían tres puntos (de sanción), luego más y al final se iría para casa si no se presenta”. Los jugadores lo tienen claro: sin pruebas fiables no se regresará. La exposición es igual para todos y priorizar el negocio es atentar contra valores elementales como la salud. Ahí radica la ‘pandemia’ del balón. Si algo nos ha enseñado este confinamiento es a redireccionar nuestra prioridades. Que el fútbol (en su dimensión global) se aplique el cuento, como parece que está sucediendo, y no avance en falso porque lamentarse sería un desastre.

“Hay gente que ha muerto y a nosotros nos quieren hacer un test cada tres días. Si hay test para todos perfecto, pero si no hay ¿cómo vamos a ser tan fríos si nos lo hacen a nosotros? Hay que tener un poco de sensibilidad”. Esta es una declaración directa y sin pelos en la lengua de Paco Jémez en una entrevista en El Larguero de la Cadena Ser. Con esa vehemencia que le caracteriza, ese mensaje engloba una de tantas reacciones para todos los colores que ha generado el tema de los test. La habilidad de LaLiga para obtenerlos, como otras empresas como Seat o BBVA, deja en evidencia otra vez más la incapacidad de los políticos. Mientras que algunos de los grandes clubes se han abastecido por su cuenta de esos análisis para garantizar la seguridad de sus empleados, hay otra inmensa mayoría que espera recibirlos de la propia competición. Una realidad que choca con los problemas que siguen teniendo sectores críticos como los sanitarios o los farmacéuticos.

Es muy recurrente lanzar pestes hacia el fútbol y todo lo que le rodea, seguramente sea ejemplo de poco, pero no es el culpable de las carencias del país. Ojalá todos los sectores puedan tener esas medidas de privilegio. Entiendo a los que sienten que es pura demagogia, pero me mantengo en lo que me trasladan los que saltan al campo: que no son distintos al resto por mucho que apunten más focos a ellos por el poder mediático que les envuelve, que hay que ser coherentes y saber lo que es prioritario, con cooperación, diálogo y sin frenazos. Los clubes ya conocen que se retrasan los test para la paulatina incorporación a los entrenamientos. La hoja de ruta que ahora se maneja es que los jugadores podrán entrenar de manera individual en las instalaciones de sus clubes a partir del 4 de mayo y LaLiga comunicará a cada autonomía que se pueden hacer los análisis médicos como estipula Sanidad. Desde el lunes 18 se confía en que los equipos se ejerciten en grupos de trabajo de 8 o 9 futbolistas, mientras que el 1 de junio será el primer día para las sesiones con la plantilla al completo. La previsión es reanudar la competición, en el caso del Levante en el Derbi de Mestalla, a mediados de junio. En un primer documento del Gobierno se establecía el 27 de abril para la reactivación del trabajo, con esas mismas pautas progresivas de efectivos (por parejas, grupos y así sucesivamente). Los clubes ya llevan unas semanas trabajando para ajustar los presupuestos ante las pérdidas.

Desde el Ministerio, en boca de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, se pone reparos a la puesta en marcha de las pruebas masivas porque no las consideran útiles en personas asintomáticas. No es una negativa, pero sí una recomendación. Y que no es únicamente el resultado sino ser capaces de interpretarlo de la manera correcta. Además, Salvador Illa, ministro de Sanidad, tampoco mostró un escenario halagüeño al asegurar el pasado domingo que «sería una imprudencia» por su parte asegurar que el fútbol se retomará antes del verano como desea LaLiga.

Que Sanidad puede dar el OK al protocolo no significa que no haya rebrotes. La certeza absoluta no existe. Es una situación desconocida con una dosis de riesgo. Y que sin responsabilidad habrá retroceso. El fútbol es una vitrina muy abierta y con todos los recursos que tiene a su alcance no puede bajar la persiana. El deseo es que vuelva la competición, pero con unas garantías, porque la prioridad es derrotar al virus. Con pasos cortos, pero firmes, sin miedo y sin una actitud pasiva. Hay que tener cautela porque cada día que pasa sucede algo diferente y toca recoger hilo. Pese a la intranquilidad, los jugadores también son conscientes de que hay que ir hacia delante para no hundirse. Roger Martí desveló en su perfil oficial de Instagram la mascarilla que ha recomendando el cuerpo medico del Levante de cara a una supuesta vuelta a la actividad. Un dato que revela que los jugadores están preparados para regresar a su ‘zona de confort’.

Prefiero llevar la bandera del ‘sí puedo’. El miedo y la desconfianza de los protagonistas es entendible, pero esa percepción radica en el resto, en cualquier otra disciplina, en cualquier ciudadano de a pie. El que se avecina será otro fútbol, con otros condicionantes y los futbolistas irán con más respeto aunque sean conscientes de que no existe el COVID-19 porque antes habrán sido sometidos al test de marras. Llegará ese día que volverá a rodará el balón, que poco a poco se irá recuperando la normalidad, pero hay que asumir igualmente que aún quedará mucho camino por recorrer. Hay momentos que no entiendo las prisas por reanudar la competición y las constantes discusiones con los plazos, los protocolos. Esa ‘guerra de guerrillas’ confunde y daña. Hay quórum en que hay que acabar la Liga, pero no a correprisas ni a cualquier precio.

Javier Tebas repite que la vuelta está supeditada a las autoridades sanitarias y que hay que tenerlo todo previsto para cuando haya ‘fumata blanca’, pero en su cabeza también hay otra obsesión: la responsabilidad económica, que el fútbol genera el 1,37% del PIB en España con 180.000 empleos directos e indirectos. Sin olvidar que lo primero es la seguridad y que cuesta generalizar, la industria del fútbol tiene un doble en los próximos meses: sentar las bases para una rápida recuperación económica y  trabajar para reforzar su vertiente de sector empresarial. Pero no solamente está el balompié que acapara los principales titulares. ¿Y el femenino? ¿Y el no profesional? Ahí el problema que tiene la RFEF es mayor y va a resultar imposible encontrar una solución que contente a todos.


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