La atleta de Almussafes logra la medalla de plata con el equipo español de maratón; mientras, Eusebio Cáceres se mete en la final de longitud sin poner en riesgo su pie
VALÈNCIA. No era el día de Laura Méndez. La atleta de Almussafes notó desde los primeros kilómetros que no iba a ser su maratón ideal. Las otras tres españolas -Marta Galimany, Irene Pelayo y Elena Loyo- se fueron por delante y ella empezó la lucha contra su mente. No se rindió y el premio a no retirarse fue una medalla de plata por equipos en el Campeonato de Europa.
La fondista del Playas de Castellón terminó en el puesto trigésimo segundo, con una marca de 2h39:15, lejos de sus expectativas. Pero la siempre combativa Laura Méndez no estaba dispuesta a retirarse con sus padres y su hermanos animando por las calles de Múnich. Su entrenador, Manolo Ripollés, le gritaba a cada paso que aguantase, que la recompensa era ser subcampeona de Europa por naciones.
La valenciana daba por bueno el sufrimiento durante los 42,195 kilómetros en la meta de Múnich: “La verdad es que las sensaciones fueron malas desde un principio. Intentaba encontrar un grupo para ir más cómoda, pero seguí poco a poco. En la última vuelta, donde pensaba que yo tendría más fuerza, es la que me ha costado más al final con mucho calor. Pero estoy muy contenta, somos subcampeonas de Europa y no puedo estar más orgullosa”.
Mientras Laura Méndez corría por el asfalta de Múnich, Eusebio Cáceres superaba con éxito la clasificación para la final de longitud en el Estadio Olímpico. El atleta de Onil se metió con la tercera mejor marca de los participantes -7,93 (+0.1)- y este martes (20.27 horas, Teledeporte) disputará una final en la que, una vez más, luchará por las medallas.
El saltador que entrena en Madrid con Juan Carlos Álvarez tiró de sangre fría para no poder en riesgo el pie y renunció al segundo y tercer salto pese a que no tenía la clasificación directa (aquellos que pasaban de 8,05). “Ha ido bastante bien. Era un día un poco perro porque los vientos eran bastante malos. No entiendo la decisión de la organización de no cambiar los fosos porque eso va a hacer que las marcas no sean muy buenas. Pero he tenido bastantes buenas sensaciones, el pie me ha aguantado -arrastra unas molestias desde el Mundial de Eugene- y he tenido la suerte de hacer 7,93 en el primero. Conforme estaba el día, estaba casi seguro que iba a entrar. Normalmente hubiera hecho un segundo, pero sabiendo cómo tenía el pie he preferido parar y ha salido bastante bien. Ahora, a esperar a ver si mañana puedo pillar ese salto (de medalla)”, comentó el alicantino.