VALÈNCIA. Las selecciones europeas aprovecharon esta primera convocatoria de la era COVID19 para disputar las dos primeras jornadas de la Liga de las Naciones. Tras haber extraído interesantes pinceladas de los partidos de la primera jornada de la Liga A (donde se encuentran los favoritos para levantar la próxima Eurocopa), analizamos a continuación lo que nos brindó la segunda, más allá de la victoria de España sobre Ucrania el pasado domingo.
Dos viejas locomotoras en pleno proceso de restauración, Holanda e Italia, se enfrentaron en Ámsterdam. Las expectativas no defraudaron y el partido fue vibrante. El resultado final, 0-1 para Italia, muy característico de la Azzura tiempo atrás, dejó constancia de lo que fue el choque: dominio transalpino de principio a fin. Holanda fue de menos a más, pero le faltó ambición y experiencia. Marcó Nicolò Barella (Inter de Milán) cabeceando a la red un buen pase de Ciro Immobile (Lazio), Bota de Oro la pasada campaña.
En Zenica, una Bosnia que venía de empatar ante Italia terminó sucumbiendo a manos de Polonia, a pesar de adelantarse los balcánicos con un tanto de Haris Hajradinovic (Kasimpasa) desde los once metros. Remontó Polonia a pesar de la baja de Robert Lewandowski (Bayern de Múnich), pero sobre todo gracias a una portentosa actuación del exsevillista Grzegorz Krychowiak (Lokomotic de Moscú) en la medular. Marcaron Kamil Glik (Benevento) y Kamil Grosicki (West Bromwich Albion).
Un gran Kevin De Bruyne (Manchester City) lideró a los suyos para que Bélgica siga justificando su cartel de favorito al cetro europeo. Islandia, a pesar de sorprender en el minuto 9 con un tanto de Hólmbert Fridjónsson (Aaleslund), no fue rival para los discípulos de Roberto Martínez. Marcaron Axel Witsel (Borussia de Dortmund), el exvalencianista Michy Batshuayi (Chelsea) por partida doble, Dries Mertens (Nápoles) y Jérémy Doku (Anderlecht), para firmar el 5-1 definitivo.
Empate justo en Copenhague el que firmaron Dinamarca e Inglaterra en un encuentro apasionante, pero sin goles. Hubo alternativas para ambos conjuntos, pero el partido dio la razón a los que esperan mucho más de los pross. A una plantilla como la que dirige Gareth Southgate, que formó en su frente de ataque con Jadon Sancho (Borussia de Dortmund), Harry Kane (Tottenham) y Raheem Sterling (Manchester City), se le debe exigir mucho más frente a selecciones situadas un escalón por debajo, como la Dinamarca de Christian Eriksen (Inter de Milán) y Martin Braithwaite (FC Barcelona).
El Friends Arena de Estocolmo fue testigo del festival de Cristiano Ronaldo (Juventus) y la victoria de Portugal frente los anfitriones. Suecia consiguió poner en apuros a los lusos, pero la expulsión de Gustav Svensson (Sounders FC) antes del descanso resultó ser un golpe demoledor en la línea de flotación escandinava. Cristiano Ronaldo hizo el resto. Doblete y 101 goles con su selección.
Francia y Croacia reeditaron la final de la última Copa del Mundo y, caprichos del destino, repitieron marcador en París: 4-2. Lo hicieron con un guión muy recurrido últimamente por los de Didier Deschamps, que sufrieron de lo lindo en algunas fases del encuentro e incluso llegaron a ir perdiendo. Sin embargo, Francia es de esos conjuntos que, aun sufriendo y sin exhibir mucho fútbol, termina imponiéndose y mostrando un carácter ganador de acero; una virtud que marca diferencias en competiciones cortas como Eurocopas o Mundiales. Los goleadores fueron Antoine Griezmann (FC Barcelona), Dominik Livakovic (Dinamo de Zagreb) en propia puerta, Dayot Upamecano (Leipzig) y Olivier Giroud (Chelsea) para Francia, mientras que para los croatas anotaron Dejan Lovren (Zenit de San Petersburgo) y Josip Brekalo (Wolfsburgo).
Por último, en el grupo de España, una Alemania venida a menos terminó pidiendo la hora en Basilea ante Suiza para rascar un punto que pudo haberse escapado en la recta final. Ilkay Gündogan (Manchester City) adelantó a Die Mannschaft, pero Suiza se rehízo espoleada por Breel Embolo (Borussia Mönchengladbach), un nombre muy a tener en cuenta los próximos años. Los helvéticos olieron sangre y no se conformaron con el empate de Silvan Widmer (Basilea), pero Bernd Leno (Arsenal) anduvo muy inspirado para evitar la derrota de los suyos cuando el partido ya agonizaba.