VALÈNCIA. Dentro del proceso de renovación del contrato de Rubén Baraja, se encuentran las competencias a la hora de la confección de plantilla demandadas por el entrenador. Baraja desea una plantilla más "sana" y con futbolistas que tengan la entrega como bandera.
Sin embargo el entrenador valencianista sabe que nuevamente se enfrenta a la dura realidad de un Valencia CF de mínimos. Los ingresos por derechos de televisión vuelven a reducirse drásticamente como consecuencia de la décimo sexta posición en la tabla del campeonato y los 76 millones de euros de coste de plantilla de la pasada campaña van a tener que volver a reducirse.
En ese escenario, el club prepara un "vaciado" de las fichas más altas del vestuario. Una maniobra, que con todo el peligro que conlleva, es cierto que puede ser algo menos dolorosa para un Baraja, descontento con la aportación de algunos que debieron ser líderes en una situación como la vivida la temporada pasada.
En ese apartado concreto (el de las fichas más cuantiosas del vestuario, encontramos 4 nombres propios por encima del resto: Cavani, Gabriel Paulista, Gayà y Diakhaby. Gayà es el salario más alto con seis millones de euros brutos, Cavani (por el status con el que llegó) y Gabriel (todavía en cifras del Valencia pre pandemia) alrededor de cinco millones brutos, y por último está Diakhaby cerca de los 4,5 millones de euros brutos.
A esta lista hay que añadir el nombre de Samu Castillejo. El malagueño es un jugador cuya importancia con Baraja ha descendido hasta alcanzar el estatus de invisible y pese a ello está en el tercer escalón de la plantilla con un salario que oscila alrededor de 3 millones de euros brutos al llegar como agente libre. Ni él está a gusto, ni Baraja cuenta con él. En este caso, no parece que la salida del andaluz vaya a suponer un problema para ninguna de las partes.
Así que los planes del club par a reducir coste de plantilla pasan por encontrar acomodo a Paulista, Cavani y Castillejo, junto a alguna oferta que pueda llegar por Diakhaby se antoja clave en la planificación deportiva de un Valencia que volverá a acudir a un mercado de mínimos.
Los casos de Cavani y Castillejo ya han sido ampliamente comentados, y es algo más complicado el de Gabriel Paulista. Jugador de rendimiento errático al comienzo de la llegada del Pipo, pero con tremenda presencia en el tramo decisivo dada también su influencia como peso pesado del vestuario. Gabrierl ha acabado siendo un fijo en el eje de la zaga para Baraja y además no hay ningún otro central con oficio ahora mismo en la plantilla.
En cuanto a Gayà, su caso parece diferente. La figura del capitán y la medalla que se colgó la propiedad hace menos de un año al renovarle, hace que atreverse a darle salida sea un nuevo incendio que imposibilitaría la estrategia del enésimo lavado de cara estival. En cualquier caso y con Meriton no se puede descartar una venta como ironizó el propio futbolista hace unas semanas en una entrevista televisiva: "Todos los veranos soy una posible venta".
A todos estos casos habrá que sumar los de los jugadores que van a volver a salir este verano y que están en la pole para dejar dinero en caja: Mamardashvili fundamentalmente, y en menor medida lo Yunus, Almeida o Thierry también podrían aliviar el estado de las arcas del club valencianista y darle un ligero respiro a Baraja a la hora de confeccionar un plantel que entre los que acaban contrato por cesión o por fin del mismo y los traspasos que puedan producirse en las últimas semanas, se va a quedar nuevamente en la mínima expresión.