Los capitanes movilizan al vestuario para desterrar la intrascendencia

VALÈNCIA. Con la victoria conseguida ante el Granada el pasado domingo el Valencia CF consiguió la mayor ventaja de puntos sobre el descenso -10 con el Eibar que ocupa la 18ª posición-.

A simple vista pudiera parecer que con el fantasma del descenso ya casi derrotado, la plantilla podría echar mano de una excesiva relajación en los diez encuentros de liga que restan por disputarse, pero se pretende huir de esa trampa. La imagen dada por el equipo en las tres últimas salidas (Valdebebas, Getafe y Orriols) son una clara muestra de lo que no debe hacer el equipo.

En el vestuario -en su momento- saben que las críticas tras esos partidos fueron tan fuertes como el nivel de enfado de la afición, y asumen que los motivos para el descontento existían.

Los jugadores son conscientes de que -pese a la situación generada por los rectores de la entidad- representan al Valencia CF y que hay ciertas imágenes que no pueden darse, por magnitud de la entidad.

Un mensaje ayer en el Instagram de Jaume Domènech venía a representar el pensamiento que el núcleo fuerte del vestuario (del cual el guardameta es uno de sus más destacados componentes), recuerda constantemente: no se pueden bajar los brazos en las diez jornadas que quedan. Por eso el guardameta de Almenara lanzó ayer esta declaración de intenciones "Parón liguero... pero no nos paramos. Todavía quedan retos por delante, muchos puntos por ganar y que nadie dude que este equipo tiene muy claro que va a pelear por todos y cada uno de ellos. Somos el Valencia CF!!".

El mismo grupo de futbolistas que lleva intentando ser el factor de cohesión del grupo completo desde todo lo ocurrido en verano (en el que están los capitanes -Jaume, Gayà, Gabriel y Carlos Soler, y algún  futbolista comprometido con la causa como Lato o Wass), es el que pretende grabar a fuego en el subconsciente de cada compañero que con la permanencia casi conseguida, aún hay otros retos por los que deben luchar.

El primero y principal es el de dar una buena imagen cada vez que se enfunden la camiseta del Valencia CF por todo lo que representa llevar ese escudo en el pecho. Pero además, quedar lo más arriba posible significa un premio en forma de dinero para las maltrechas arcas del club y todavía hay una nutrida bolsa de puntos (30) a la que echarle mano. Por si fuera poco, en el calendario todavía hay partidos ante rivales de entidad como el Barcelona o el Sevilla a los que se les pretende plantar cara.

Los resultados dictaminarán la implicación del resto de compañeros y la ascendencia de los capitanes sobre el grupo. Pero, a día de hoy, es evidente que el núcleo duro de la plantilla quiere elevar el nivel de exigencia en los partidos que quedan para evitar papelones como los de Madrid u Orriols. Desterrar la intrascendecia es el siguiente objetivo de ahora y hasta el final de liga.