fútbol internacional / OPINIÓN

Los héroes de La Cartuja: Goran Vlaovic 

30/03/2022 - 

VALÈNCIA. El fútbol balcánico renace. Las nuevas generaciones marcadas por el sufrimiento y el coraje de sus padres y abuelos han llevado a Serbia y Croacia al próximo Mundial de Catar con total justicia y merecimiento. Lo han hecho, además, por la vía rápida: líderes de grupo batiendo a selecciones como Portugal y Rusia, respectivamente. 

De hecho, cuando se escriben estas líneas, el combinado luso está a escasos instantes de disputar una auténtica final por un lugar en Catar frente a otra selección balcánica, Macedonia del Norte, que ya dio buena cuenta de Italia en Palermo el pasado jueves con el granota Enis Bardhi en la sala de máquinas. Por su parte, Rusia, que pugnó con Croacia hasta el final de la fase de clasificación, ha sido suspendida de todas competiciones FIFA y UEFA debido al conflicto de Ucrania.

Como no es la primera vez, nuevas estrellas emergen en el panorama futbolístico balcánico. Serbia presentará en el Mundial un elenco muy interesante con jugadores como Nikola Milenkovic (Fiorentina), Marko Grujic (Oporto), Sergej Milinkovic-Savic (Lazio), Filip Kostic (Eintracht Fráncfort), Dusan Tadic (Ajax) y, cómo no, el demoledor Dusan Vlahovic (Juventus). Luchará por un lugar en esa convocatoria el valencianista Uros Racic, que ya tuvo minutos el jueves pasado ante Hungría y ayer frente a Dinamarca.

 

Por su parte, Croacia cuenta con una potente mezcla de veteranía y juventud: Josko Gvardiol (RB Leipzig), Borna Sosa (Stuttgart), Mateo Kovacic (Chelsea), Luka Modric (Real Madrid), Mario Pasalic (Atalanta), Ivan Perisic (Inter de Milán), Lovro Majer (Rennes), Nikola Vlasic (West Ham), Josip Brekalo (Torino) o Andrej Kramaric (Hoffenheim) serán un hueso muy duro para cualquiera. Precisamente el delantero del Hoffenheim viene de ser protagonista en los últimos compromisos amistosos de los ajedrezados con sus tantos frente a la Eslovenia de Jan Oblak (Atlético de Madrid) el sábado pasado y ante Bulgaria ayer por la tarde. 

 

“Debemos representar al fútbol croata como se merece”

Luka Modric para FIFA.com

Muchos de los integrantes de estas selecciones que viven un momento tan dulce nacieron en circunstancias muy duras. A muchos se les olvida que hace poco más de 20 años, la antigua Yugoslavia estaba sumida en un sanguinario conflicto que se llevó por delante la vida de alrededor de 140.000 personas y dejó más de 4 millones de refugiados. 

Por desgracia, las guerras y los dramas humanitarios nunca han estado tan lejos como se nos ha querido hacer creer. Bien lo sabe un tipo que se rebeló contra las adversidades y que vivió en Valencia su cenit futbolístico; un talentoso delantero que dejó grandes noches con la elástica blanquinegra y con la mítica camiseta de cuadros de un país que hasta 1991 no logró su independencia, pero que ha regalado al fútbol mucha magia en Eurocopas y Mundiales: Goran Vlaovic.

“En mi país sentimos una pasión extrema por el balón…Tenemos un profundo respeto por todos los deportes” 

Davor Suker para FIFA.com

Junto a Davor Suker y Robert Jarni, Goran Vlaovic llevó a Croacia al tercer puesto en el Mundial de Francia’98. Para el recuerdo quedará siempre su tanto en aquel 0-3 ante Alemania en los cuartos de final de dicho campeonato. Solo la Francia de Zidane, que a la postre terminaría proclamándose campeona, privó a los croatas de su final ante Brasil. Vlaovic ya había disputado la Eurocopa de 1996 y en 2002 volvió a representar a su país en el Mundial de Corea del Sur y Japón, cuando Croacia cayó en primera fase.

 

Nacido en 1972 en Nova Gradiska, una ciudad ubicada en la zona este de Croacia, Goran Vlaovic inició su carrera futbolística en el NK Osijek de la Primera Liga de Croacia. Allí empezó a demostrar su olfato goleador y en 1991 fichó por el club más laureado de su país: el Dinamo de Zagreb, el equipo que, por cierto, apostó por el internacional español Dani Olmo (RB Leipzig) cuando solo tenía 16 años.

Aquel año explotó la Guerra de los Balcanes, y Goran fue llamado a filas para servir en el ejército. Por ese motivo, no pudo disputar aquella temporada con su nuevo club, pero demostró toda su calidad las dos siguientes. A pesar de los éxitos conquistados (una Liga y una Copa) y su espectacular rendimiento (61 goles en 81 encuentros), fueron años trágicos en la vida de Vlaovic y sus compatriotas: el delantero ya había perdido a su madre cuando solo tenía 12 años y, durante la guerra, una bomba serbia se llevó la vida de su padre. 

"Haber sufrido una guerra siendo niños nos hace tener más orgullo que el resto"

Goran Vlaovic para Levante-EMV

 

En verano de 1994 hizo las maletas rumbo a Italia. El Padova, hoy en la Serie C, había ascendido a Serie A y buscaba pólvora para su delantera. Vlaovic disputó dos temporadas en Véneto no exentas de dificultades: en agosto de 1995, durante una revisión médica, se le detectó un tumor cerebral que lo obligó a apartarse de los terrenos de juego y operarse inmediatamente. Al cabo de unos cuantos meses, como ya había hecho tras sufrir varios reveses en su vida, resurgió y recuperó su nivel. Aquel verano del 96 disputó una buena Eurocopa de Inglaterra y entró en escena el Valencia, que vio en el croata un perfil de delantero con buenas cualidades para el fútbol español. 

Durante cuatro años se vio al mejor Goran Vlaovic. En Mestalla ofreció su mejor versión como futbolista. A pesar de los complicados inicios y los constantes movimientos en el banquillo, la marcha de Luis Aragonés y de Jorge Valdano, Ranieri supo aportar la estabilidad necesaria para sacar todo el talento del delantero de Nova Gradiska.

“Eran tiempos turbulentos en Valencia, con muchos cambios...Con Ranieri el equipo se estabilizó”

Goran Vlaovic para Cristian Riera 

La Copa del Rey del 99 es un recuerdo muy especial para Goran. Anotó un tanto en la mítica goleada al Real Madrid en semifinales y fue titular en la final de La Cartuja junto a Adrian Ilie y Claudio López en el frente de ataque, dejando su lugar a Miguel Ángel Angulo (actual técnico del Valencia Mestalla) en el minuto 62. A las pocas semanas de aquel histórico triunfo, el equipo volvía a dar un puñetazo sobre la mesa batiendo al FC Barcelona, vigente campeón de liga, en la Supercopa de España.

“Mi mejor recuerdo es la victoria en la final de Copa contra el Atlético y, sobre todo, la celebración con los aficionados…Es algo para toda la vida”

Goran Vlaovic para Cristian Riera

Tras los escasos minutos que le dio Héctor Cúper en la 99/00, el año de la primera final de Liga de Campeones, el atacante optó por un cambio de aires en busca de protagonismo. Su destino fue el Panathinaikos griego, donde se retiró en 2004 tras haber compartido vestuario con iconos del fútbol griego como el meta Antonis Nikopolidis, Angelos Basinas, Georgios Karagounis, Georgios Seitaridis, Nikolaos Lyberopoulos o Sotiris Kyrgiakos. También fue compañero del portugués Paulo Sousa,  el actual técnico del Flamengo, que como futbolista levantó dos títulos de Liga de Campeones de manera consecutiva en las filas de Juventus y Borussia de Dortmund.

“En la final de París, la confianza nos jugó una mala pasada”

Goran Vlaovic para Cristian Riera

Tras su retirada, el exvalencianista ha seguido vinculado al mundo del fútbol como agente de futbolistas. Junto a los que fueron sus compañeros de selección Boris Zivkovic, que jugó en clubes como Bayer Leverkusen y Stuttgart, y Mario Stanic, exjugador de Sporting de Gijón, Parma o Chelsea entre otros, fundó y dirige en la actualidad la agencia de representación BGM Sport. 

Después de 22 años, de nuevo La Cartuja. También en Croacia tendrá el Valencia un seguidor más el próximo 23 de abril en una final cuyo escenario le trae a Goran Vlaovic los mejores recuerdos de su vida deportiva. Un hombre con una historia que habla del horror de la guerra, los reveses de la vida y la capacidad de superación. Un hombre que dejó atrás el pasado para triunfar en un equipo que empezó a convertirse en leyenda aquel 26 de junio de 1999.

Hvala Goran!

 

“Antes o después, llegará otro momento glorioso para el Valencia”

Goran Vlaovic para Cristian Riera