VALÈNCIA. El Mundial volvía a Alemania 36 años después de aquella Copa que ganó el equipo capitaneado por Franz Beckembauer. El país teutón repetía como anfitrión pero ya reunificado y como una sola nación, a diferencia del campeonato disputado en 1974.
En dicho mundial volvió a darse la máxima que (salvo Brasil en 1958 en Suecia), las selecciones europeas son mucho más fuertes en los mundiales que se juegan en su continente. Fue el mundial de Klose, de Podolski, de Thierry, de Zidane. Fue el mundial en el que un tipo llamado Materazzi (que encarnaba la cara más macarra del catenaccio italiano) tuvo sus momentos de gloria. El mundial de la abdicación de Ronaldinho Gaucho y del primer "ensayo y error" de Luís Aragonés con una España que poco tiempo más tarde dominaría el concierto futbolístico mundial.
1-Italia, la bestia negra alemana
Si dos selecciones amenazan con asaltar el trono mundialista del pentacampeón Brasil, esas son Alemania e Italia. ambas cuentan con 4 mundiales en su palmarés, pero hay una gran diferencia en favor del equipo italiano que se plasmó de manera notoria en este mundial: Alemania jamás ha derrotado a Italia en una copa del Mundo.
Pese a que el imaginario popular pueda otorgar a los teutones una tremenda superioridad en las competiciones de selecciones (en parte lógico porque pocas veces quedan fuera de semifinales), la realidad es que en los cinco enfrentamientos mundialistas directos entre germánicos y transalpinos, los alemanes nunca han derrotado a los italianos.
El primero de ellos data de la fase de grupos del mundial de Chile en 1962 y el resultado fue de empate a cero. El segundo fue en el mundial de México 1970, y muchos lo tildan como "el partido del siglo". Con un 4-3 final para Italia, un 1-1 al final de los 90 minutos y la prórroga con mas goles en la historia de un mundial. Ocho años después volverían a verse las caras italianos y Alemanes en Argentina 78 con otro 0-0 en la ya extinta segunda fase de grupos. La cuarta fue la final de España 82. Alemania partía por lo visto en aquel torneo como favorita para la final, pero Italia con un espléndido planteamiento de Enzo Bearzot y goles de Rossi, Tardelli y Altobelli, se llevarían el gato al agua por 3-1; partido y Mundial al bolsillo (el tercero de su palmarés). Y la última vez que se enfrentaron fue en el mundial de Alemania 2006.
También venía Alemania muy fuerte y además con la condición de local ante una Italia, que lo bien cierto es que estaba progresando de la mano de Marcello Lippi de menos a más. Esta vez era toda una semifinal de Mundial y además había una pequeña cuenta pendiente dado que Alemania ganó su tercer mundial en tierras transalpinas 16 años atrás (Italia 90).
El equipo de los Buffon, Cannavaro, Gattuso, Pirlo, Totti, Del Piero y un largo etcétera volvió a frustrar el sueño alemán, y encima ante sus propios seguidores. El partido acabó con 0-2 gracias a los goles de Fabio Grosso y Alessandro Del Piero con la particularidad de que fueron conseguidos en los dos últimos minutos de la prórroga (en el 119 y en el 120). Todo un drama para los locales y todo un éxito para los italianos que llegarían a la final y la ganarían en tierras alemanas devolviendo el golpe que los germánicos asestaron en Italia 90.
Alemania puede respirar tranquila en Qatar 2022 dado que Italia no se ha clasificado, pero cada vez que la enfrente en unos mundiales debería andar con cuidado; si alguien les tienes cogida la medida a los germanos, es la "azzurra".
2-Ronaldinho abdica
El 17 de mayo de 2006 en el estadio de Saint Dennis el FC Barcelona se proclama por segunda vez en su historia campeón de la Champions al imponerse por 2 goles a 1 al FC Arsenal de Londres.
Aquel título lo consiguió el equipo dirigido por Fran Rijkaard con un grupo de futbolistas sensacionales en en el que por encima de todos destacaba el balón de oro de aquel año: Ronaldinho Gaucho.
El hombre alrededor del cual Joan Laporta ganó unas elecciones y reseteó el Barcelona era un futbolista diferente, mágico, diferencial. Jugaba siempre con una sonrisa en la boca y parecía fácil todo lo que hacía con una pelota en los pies. Antes de la llegada de Leo Messi hubo un rey que brillaba tanto o más en intensidad que el argentino, y su nombre era Ronaldo de Assís Moreira, Ronaldinho Gaucho.
Con la vitola de haber sido el alma mater del equipo que conquistó Europa y con el título de Balón de Oro en su poder, Ronaldinho era uno de los candidatos a reinar en Alemania 2006. Pero la realidad fue otra muy diferente.
Ronaldinho pasó con más pena que gloria por aquel mundial y desde ese punto su carrera entró en barrena. La buena vida, las juergas nocturnas y otros placeres derivados de su status conseguido le hicieron tomar la decisión de no priorizar la discplinada vida del futbolista de élite por delante de una vida dedicada al hedonismo.
Ronaldinho decidió que no quería más presión, que se bajaba en medio del trayecto, que abdicaba. Y pese a que su calidad le daba para jugar al primer nivel, fue quemando etapas en el fútbol de élite a una velocidad asombrosa desde aquel 2006. A los dos años salida por la puerta de atrás en Barcelona, fichaje por el AC Milan y tras tres años en el Milán con algunos destellos, vuelta a su Brasil natal. Flamengo, Atlético Mineiro y pase a México, al Querétaro. Vuelta a Brasil al Fluminense y por último una aventura en el Goa 5, equipo de Futsal de la India para acabar retirándose en 2018.
Nadie sabe explicar con seguridad qué cambió en aquella cabeza para decidir que no quería seguir conviviendo con la presión. Probablemente, el brasileño fue feliz y el futbol perdió prematuramente a uno de los que hoy podría ser uno de sus elementos más destacados en la historia. Pocos futbolistas eran capaces de jugar al fútbol como él. Lástima que se le pudiera disfrutar de una manera tan limitada.
3-Tutti pazzi per Materazzi
Pese a que el VAR no llegaría al fútbol hasta 2018, lo que ocurrió en la final del Mundial de 2006 en Alemania fue lo más cercano que se recuerda.
Recapitulemos, Italia y Francia se enfrentan en la finalísima del mundial de 2006 en Alemania el 9 de julio de 2006 en el estadio Olímpico de Berlín. Final de pronóstico incierto ya que ambos equipos han ido de menos a más y llegan muy fuertes al último partido. En ese encuentro hay muchos ojos puestos en un hombre: Zinedine Zidane. La brújula de Francia, para algunos el quinto grande tras Di Stéfano, Cruyff, Pelé y Maradona, ya ha anunciado que se retira tras la final. Su sueño es hacerlo levantando otro entorchado para su país, sin embargo todo va a ser muy distinto a como cualquiera pudiera preverlo.
En el minuto 7, Francia se adelanta gracias a un gol de penalti transformado por el propio Zidane que bate a Buffon de milagro ya que ajusta el tiro tanto al travesaño que da en él, bota dentro de la portería pero sale hace afuera. Horacio Elizondo, el colegiado argentino lo aprecia correctamente y concede el tanto; 1-0 para Italia.
En el 19 empata Italia. Bota Pirlo un saque de esquina desde la derecha del ataque de los de Lippi, y en el segundo palo aparece Marco Materazzi. Un rocoso y durísimo defensor del Inter, la encarnación del clásico estilo marrullero y peleón italiano, para de un impecable cabezazo empatar a uno. El grito habitual de los tiffosi para animarle en la grada cuando le veían encararse con algún rival o ejecutar alguna acción provocativa con los contrario era "Tutti pazzi per Materazzi" (todos locos con Materazzi). Llegó a convertirse en un cántico de guerra hasta tal punto que llegaron a hacerse camisetas con los colores de la selección y del Inter con ese lema.
Precisamente Materazzi va a tener un papel decisivo en la final que llegó al final de los 90 minutos con empate a un gol para dar paso a la prórroga. Porque en el minuto 5 de la segunda parte de esa prórroga se produjo un hecho que cambiaría la final, amargaría la retirada de Zidane y elevaría a Materazzi al olimpo de las deidades del fútbol transalpino. Estábamos a punto de ver un ensayo de lo que hoy es el VAR.
En ese minuto el colegiado Elizondo ve a Marco Materazzi en el suelo con gestos de dolor, pregunta a sus asistentes por los intercomunicadores que ya llevaban entonces y nadie le dice nada. Hasta que aparece en escena la voz del cuarto árbitro, el español Luís Medina Cantalejo (hoy presidente del Comité Técnico de Árbitros de la RFEF). Medina Cantalejo avisa de que Zidane ha agredido de un cabezazo a Materazzi y Elizondo lo expulsa, dejando a Francia (que estaba siendo mejor en la prórroga) sin la posibilidad de rematar el partido y a Zidane expulsado en su última aparición como futbolista.
Los franceses presentaron diversas protestas aludiendo a que Medina Cantalejo apreció la agresión gracias a un monitor de televisión que tenía cerca, situación que no se podía dar con arreglo al reglamento en aquellos años. Por tanto, el primer ensayo de VAR lo realizó un colegiado español en una final de un mundial.
En cuanto a la expulsión, viendo la repetición no hay lugar a la duda. Zidane agredió a Materazzi
propinándole un cabezazo en el pecho. Según Zidane, Materazzi le estuvo provocando todo el partido. El punto culminante fue cuando (según la versión de Zizou), el italiano le agarró repetidamente y el capitán de Francia le pregunto "¿Quieres mi camiseta? Te la daré más tarde". La respuesta de Materazzi (que ya conocía de la sangre caliente de Zidane, expulsado varias veces en su periplo como jugador de la Juventus, fue: "Más que la camiseta, prefiero a tu hermana". A Zidane se le calentó la cabeza y se fue a por él. Tutti pazzi per Materazzi.
