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OPINIón

Los ultras del 9 d’Octubre

El Valencia no es responsable, pero puede ser aliado si permite que quienes toman las calles como un coto de caza luego desarrollen sus rituales en Mestalla. No es por ellos, es por nosotros

13/10/2017 - 

VALENCIA. Un grupo de ultras dio unas cuantas palizas en pleno centro de la ciudad el pasado 9 d’Octubre. Como no es este el foro para otros análisis me interesa poco qué les motivó para ello, fundamentalmente porque no encuentro motivaciones para emprenderla a patadas con alguien que pasaba por allí, tan virulentos como un fotógrafo haciendo su trabajo o un periodista haciendo ver lo que no querían que se viera.

Tampoco me interesa demasiado si quienes agredían, escupían o insultaban llevaban alguna enseña del Valencia. El club es lo suficientemente popular para contar entre sus aficionados con lo mejor y lo peor de la sociedad, tal que cualquier otra gran entidad. Trazar a partir de ello conclusiones sobre la ideología del Valencia es un ejercicio torticero y completamente alejado de la realidad.

Pero sí me interesa, mucho, otra cosa. Me interesa que Mestalla no acoja a seguidores que en su ‘tiempo libre’ se agrupan para violentar las calles o acongojar a unos y a otros. De manera enferma podríamos aguar sus acciones y creer que como a nosotros apenas nos perjudica nada sucede. Pero sí pasa y sí acaba perjudicándonos.  

Podemos hacernos los cándidos y creer que son cuatro gatos y que no tienen ningún tipo de vínculo con el Valencia. O que no iban a eso. O que no sé quién se les puso por delante. O que en realidad iban, siempre van, en son de paz. Pero hacernos los ignorantes, a estas alturas, no nos sienta nada bien. Los rostros son de viejos conocidos y solo ha hecho falta un ratillo para que el club identifique a alguno de sus socios 

También podemos jugar a que nada de esto va con el Valencia. Pero sí, sí va. El Valencia no es responsable, pero puede ser aliado si permite que quienes toman las calles como un coto de caza luego desarrollen sus rituales en Mestalla. No es por ellos, es por nosotros.

No conviene erigirse como ejemplo de club responsable ante Naciones Unidas y luego desviar la vista ante sucesos como el del otro día.

Habrá alguno, queriendo ponerse la venda en los ojos, que crea que esto es hacer política. Tienen toda la razón. Es hacer pura política, hacer política para seguir resguardando las múltiples ideologías que cobija el club, una inmensidad de pensamientos; política para evitar que una colla saliendo de caza acabe con esa pluralidad.

Será trabajo de la policía discernir quiénes son y qué hacen fuera de Mestalla. Pero es el Valencia, desde su derecho de admisión, quien debe velar porque el estadio sea un lugar apacible y no un lugar oscuro dominado por quienes patean a otra gente por la calle.

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