Marcelino contra Meriton y su pasado

VALÈNCIA. Más tarde o más temprano tenía que ocurrir, Marcelino y el Valencia se enfrentarán en un terreno de juego y será el domingo en San Mamés.

El último técnico que llevó al Valencia CF a la Champions y a la conquista de un título seguro que guarda tan buen recuerdo de la época como ganas le tiene a quienes siguen gestionando el club y ejecutaron una de las destituciones más polémicas en la historia de la entidad.

Un año y casi cinco meses después (4 días faltará para que sean cinco meses exactos), Marcelino vivirá desde el banquillo 90 minutos mucho más intensos de lo habitual. El propio entrenador asturiano, hombre de fuerte carácter, reconoció que el despido en Valencia CF le dejó muy tocado a nivel anímico y no estuvo preparado para volver a entrenar hasta muchos meses después. Más que en una victoria, a buen seguro que Marcelino piensa en una reivindicación muy parecida a la que vivió en 2019 en el banquillo del Valencia CF cuando eliminó en los cuartos de final de la Europa League al Villarreal CF, equipo el del amarillo donde también tuvo una salida controvertida.

De entrada cabe destacar que las trayectorias de Marcelino y de su némesis, Meriton, han sido absolutamente opuestas. Al día siguiente de la salida de Marcelino, el club procedió a borrar cualquier atisbo de huella del paso del entrenador asturiano por la entidad de Mestalla. Se prescindió del doctor Toño Maestro -médico de la confianza del ex técnico- y en verano se hizo lo propio con el médico de campo, el doctor Pascual Casany. Se fue purgando a la gran mayoría de fisios, recuperadores y readaptadores que trabajaron cercanos al extenso cuerpo técnico que acompañó al asturiano en Valencia. En verano cayó Paco Camarasa, delegado durante 3 años del primer equipo y hombre ligado a la entidad durante 40 años. La obsesión llegó a tal punto que se llegó cortar al técnico asturiano de una foto de las celebraciones de Copa publicada en redes en la visita al Villamarín a la temporada siguiente de ganar el trofeo. Posteriormente se atribuyó a un error. 

Incluso Anil Murthy echó indirectas en una entrevista concedida a la revista británica "The Athletic" y en la que lanzó mensajes como: "quiero que el entrenador tenga arrestos para tirar adelante con esos jugadores y diga: 'Quiero dar confianza a estos futbolistas, van a crecer con nosotros porque yo no soy más que un funcionario´ ", o "Si te ciñes a eso, puedes quedarte aquí para siempre; pero si empiezas a divergir respecto a la política del club y el propietario pues, querido amigo, puedes ganar la Champions League y al día siguiente serás despedido". 

Mientras Meriton aplicaba su filosofía en el área deportiva, el equipo pagaba las consecuencias: caída en picado hasta la novena posición en la campaña 2019/20. A ello se le unió una purga de futbolistas -muchos de ellos muy vinculados emocionalmente a la figura de Marcelino- que debilitó a la plantilla a la que no han llegado nuevas incorporaciones hasta hace una semana. Además, enfrentamiento público con el nuevo entrenador Javi Gracia quien amagó con dimitir tras ser engañado en la política de fichajes por el presidente. El famoso "cangrejo" de Marcelino se queda muy corto al lado de las constantes andanadas que lanza el entrenador navarro desde septiembre. A todo esto, el equipo pelea por salvar la categoría, cuando con el entrenador asturiano se clasificó en dos ocasiones consecutivas para disputar la Champions League. En una de les entrevistas que se le realizó al asturiano le comentaron que Murthy dijo que "no hablaba de Marcelino por respeto" , a lo que el entrenador no vaciló en responder: "Que hable. Si me amenazar que cumpla la amenaza". En el tiempo que va desde su salida del Valencia hasta la vuelta a un banquillo del nuevo entrenador del Athletic, el Valencia ya ha tenido a tres inquilinos diferentes en la silla que antes ocupaba Marcelino: Celades, Voro y Javi Gracia.

Incluso hasta hace pocos días hubo un último amago de fricción por el finiquito que aún se le adeudaba al asturiano. Pese a que Murthy aseguró en la última asamblea de accionistas que el club estaba al día de sus obligaciones contractuales con el ex técnico, la realidad es que días antes se había alcanzado un acuerdo para pagarle, pero aún no se había liquidado dicha deuda. A la hora de la verdad, el club intentó zanjar dicho finiquito con pagarés, hecho al que se negó el técnico y todos sus colaboradores. No hubo más remedio para Murthy y los suyos que abonar el finiquito en los términos pactados.

Por su lado Marcelino ha reaparecido a lo grande en la escena futbolística nacional. Cogió a un equipo en horas muy bajas tras la sustituir a Garitano y en un mes ha ganado la Supercopa imponiéndose al Real Madrid en semifinales y al Barcelona en la final. 

El gen competitivo con el que el asturiano dota a sus equipos ha impregnado rápidamente en el equipo de El Botxo, al cual le ha cambiado celéricamente la cara. en liga, le plantó cara al Barcelona a los pocos días de debutar -partido aplazado- y en la jornada anterior, y goleó al Getafe de Bordalás por 5-1.

El domingo Marcelino y el Valencia volverán a coincidir, pero ahora uno enfrente del otro. El morbo está servido.