opinión

Marcelino se examina ante el Athletic

26/10/2018 - 

VALÈNCIA. Las dudas del personal empiezan a ser constantes y ruidosas. El Valencia no está funcionando en absoluto y todas las miradas se han girado hacia Marcelino y su mala apuesta este verano en el mercado de fichajes. Y Marcelino comienza  estar cuestionado. Sus fichajes -que son suyos con el permiso de Alemany- no están funcionando ninguno e incluso futbolistas con el cartel de estrellas como Rodrigo o Parejo no están rindiendo a un mínimo nivel deseable. De todos ellos parece que Parejo es el que más cuenta con las bendiciones de Marcelino y por ello ha sido señalado para que luzca el brazalete de capitán. Pero no está dando la cara. Ni como futbolista ni como capitán. Como futbolista merece un descanso casi obligatorio -yo no le pondría en el once titular mañana ante el Athlétic- y como capitán no tiene crédito ni es un tipo que se gane el cariño de sus compañeros ni de nadie. Y quizá, solo quizá, un banquillo de Parejo tendría un doble filo par el Valencia ante el Athlétic. Lo cierto es que el Valencia de Marcelino no puede esperar más para reaccionar y este encuentro inminente se antoja ya como obligatorio observar un cambio en la actitud del equipo... y del entrenador.

EL RECUERDO DE ZAZA

Posiblemente no era un futbolista con unos registros apasionantes pero si era cierto que tenía su fundamento dentro del vestuario y fuera de él. Hablo de un futbolista muy querido por sus compañeros y terriblemente emprendedor dentro del terreno de juego. Contagiaba su espíritu e impregnaba a su ex-compañeros del mismo. Como futbolista no era espectacular pero como tipo, como un miembro más de tu plantilla, conseguía sacar una sonrisa y de paso arrancaba el compromiso y carácter de todos sus compañeros. Pero Zaza ya no está. Se lo quiso cargar Marcelino y se lo cargó e todas odas. En su lugar tenemos a dos delanteros que hasta la fecha no han demostrado nada: ni goles, ni carácter, ni liderazgo. Gameiro parece más el típico descarte del Atlético de Madrid que le cuela al Valencia -uno más- y Batshuayi ha llegado en un estado de forma francamente lamentable. Esos dos, quiera o no quiera Marcelino, han hecho bueno a Zaza desde la distancia por su juego y especialmente por su prestancia. Nos hemos cargado a un tipo que era una voz autorizada en el vestuario y era muy querido. Sin él posiblemente gane en autoridad Marcelino de la misma forma que pierde en fútbol mucho de lo que habíamos cosechado.

Y LO DE ALEMANY

Doy por sentado que Alemany es un tipo inteligente pero en estos momentos a mi me asalta una duda... supongo que es una duda tan grande como la que pueda tener el propio Alemany respecto a los fichajes que ha hecho Marcelino este verano. El Valencia ha perdido prestancia y frescura y en ocasiones el sustituto del desempleado es peor que el empleado al que hemos dado pasaporte. ¿El ejemplo? Tenemos uno muy simple y muy claro en el lateral diestro valencianista. A Marcelino no le gustaba Montoya y ha fichado en su lugar -tras cargarse a Montoya- a un tipo como Piccini que deja mucho que desear por su juego y que incluso es la burla de algunos seguidores de un equipo hispano que anteriormente sufrieron al mismo Piccini en sus carnes. La política de fichajes en este aspecto, y en muchos otros, de Marcelino deja mucho de desear. Esperemos o bien dos cosas. O el equipo espabila  la voz de ya o Alemany tiene que tomar nota del grave error que ha cometido este verano dejando que Marcelino maneje los hilos de la renovación del equipo. Y ciertamente, Marcelino ha funcionado mal y eso lo está pagando el Valencia.

UN RIVAL ASEQUIBLE

El partido de mañana encierra en su interior un duelo entre dos conjuntos con una historia espectacular pero con un presente francamente preocupante. El Athlétic, desde que perdió a Valverde, va cuesta abajo y sin premio y es un proyecto que no tiene muy buena pinta. Incluso va peor clasificado que el Valencia, que eso ya es decir mucho, y ambas escuadras se juegan gran parte de su credibilidad en el duelo de este sábado nada más acabar de comer. Hasta el horario es raro, pero justo, para dos escuadras con mucho nombres y con escaso presente. Y yo sí entiendo una cosa. O Marcelino deja de empatar y disputa un duelo serio y equilibrado o el que no estará apreciado por la inmensa afición del Valencia será el propia Marcelino. Se la juega él y se la juega el Valencia. Y sí, yo espero que todo cambia en 90 minutos

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