Hoy es 4 de octubre
VALÈNCIA (EFE/Paula Lerín). La delantera Mari Paz Vilas reconoció tras el anuncio de su baja que, por quedarse en el Valencia, hubiera rechazado ofertas muy altas ya que, después de siete años en el club, “ya tengo ese sentimiento valencianista y considero Valencia como mi segunda casa”, según explicó a EFE vía telefónica.
La delantera, nacida en Galicia y de 32 años, llegó al Valencia en la temporada 2013/14 procedente del Espanyol y se marcha siendo la máxima goleadora histórica del Valencia Femenino con 132 goles y habiendo formado parte del equipo que consiguió llegar por primera vez a una final de la Copa de la Reina (subcampeonas 2014/15) y la mejor clasificación histórica del club (terceras en la temporada 2016/17).
Mari Paz explicó que la situación ha sido dura para ella, ya que su prioridad era quedarse en el club de su vida y su deseo era colgar las botas en la entidad valencianista.
“No he tenido opción a decir que no, a valorarlo. Muchos años he rechazado ofertas mucho más altas por quedarme aquí y el club lo sabe. Siempre he dicho que respeto la decisión, es respetable que tomen las decisiones que creen convenientes”, añadió.
La delantera manifestó también que durante el año, el club le había comunicado que la intención era renovarle porque estaba bien deportivamente y que, cuando vio que no había opción a renovación, le sorprendió.
“Su motivo es que psicológicamente habíamos pasado años duros y pensaban que lo mejor era no seguir contando conmigo, pero creo que lo he dado todo en el campo y no se me puede reprochar nada a nivel deportivo, pero lo respeto”, añadió la jugadora.
La atacante manifestó que se marcha con “la espinita” de no haber ganado ningún título con el Valencia y de no haber llegado a jugar por poco los 200 partidos con la elástica valencianista, pero que, lo más duro, es no haberse podido despedir en el campo con la gente, “me hubiera encantado hacer una rueda de prensa para despedirme como toca y luego haber hecho algún acto con la afición”, explicó.
Sobre su llegada al club, recordó que llegó al Valencia por petición de Cristian Toro, el entrenador con el que el Valencia ha conseguido mejores resultados, y explicó que cuando recibió la llamada le gustó mucho el proyecto y por eso decidió recalar en el Valencia.
Mapi analizó su crecimiento como jugadora durante estos siete años y destacó la madurez futbolística que ha adquirido durante todo este tiempo. “Me he reinventado y cuando tienes cierta edad vas cambiando tu forma de jugar, te adaptas a otras situaciones y creo que también cogí el rol de tirar del carro en estos últimos años. Realmente a mí no es algo que me pesa, es más, me gusta -se ríe-. Yo me siento muy cómoda en ese rol, me vengo más arriba”, puntualizó la jugadora.
Los momentos más especiales para ella en el club de Mestalla han sido vivir el proceso de llegar a una final de la Copa eliminando al Athletic y Barcelona, la temporada en la que quedaron en tercera posición y el gol número 130 porque le ha hecho entrar en la historia del Valencia “ya no solo el femenino, sino como club”.
La delantera también quiso recordar a los entrenadores Cristian Toro por su confianza en ella y por haber sacado su mejor rendimiento, a Jesús Oliva por su calidad humana y a Irene Ferreras, “que, aunque no le hayan acompañado los resultados, me parece una entrenadora que sabe muchísimo de fútbol”.
Por último, Mari Paz recalcó que en el Valencia ha sido muy feliz. “He vivido siete años maravillosos, con momentos buenos y malos, pero he sido muy feliz. Si digo que quiero colgar las botas en un club es porque estoy a gusto", indicó.
Sobre todo, por cómo la afición me devuelve lo que yo doy en el campo en cariño. Más allá de mis logros individuales siempre soy de llevarme el cariño de la gente, lo valoro muchísimo y me han demostrado que ellos hubiesen hecho todo lo posible porque hubiera renovado”, concluyó.