VALÈNCIA. Las lesiones siguen azotando a Fabrício y en el Levante preocupan los isquiotibiales del brasileño. La potencia del futbolista y su explosión vivida la pasada temporada fueron el inicio de una especie de calvario intermitente que, al parecer, no ha terminado. El club informaba este martes de la nueva lesión de Fabri, esta vez aquejado del bíceps femoral de la pierna izquierda, en una zona isquiotibial que trae cola. En ella se lesionó en las dos ocasiones en que, la pasada temporada, tuvo que frenar por período mínimo de un mes.
El pasado mes de octubre, un pinchazo algo más arriba, en la parte posterior de ese mismo muslo -en el recto femoral- supuso el primer dolor de cabeza para un futbolista que, en ese momento, quiso salir airoso. La lesión se produjo en Albacete, precisamente en el encuentro estrella del carioca desde su aterrizaje de manera definitiva en el primer equipo del Levante. Sin embargo, Fabrício se vio recuperado y los servicios médicos de la entidad, todavía capitaneados por Miguel Ángel Buil, le dieron por apto para poder entrar en las listas de Javi Calleja. Lo hizo. Y tardó 20 minutos en recaer, algo que generó confusión en el anterior cuerpo técnico, pues el atacante tenía el alta competitiva.
Aquel episodio obligó al ex del Celta a parar exactamente un mes. Regresó y, de nuevo, en un encuentro propicio para su galope, cayó al dique seco. En La Romareda, Fabri sufrió la segunda lesión de importancia del curso... en el mismo grupo muscular, pero en la pierna contraria. Entonces, el parte médico reveló una lesión muscular en el bíceps femoral derecho que provocó que se alejara mes y medio de los terrenos de juego. De hecho, aquella lesión se produjo en el último choque anterior al parón por vacaciones navideñas y no volvió a vestirse de corto hasta febrero.
Fue la última dolencia de relevancia de un Fabrício que, hasta la pasada campaña, no había acostumbrado a encadenar lesiones de ese tipo. Ni en Castellón ni en Vigo se perdió en un curso tantos partidos por lesión como los que ya ha sumado en Orriols. Ahora, el nuevo parón del carioca cuando estaba siendo una de las luces verdes de la pretemporada a las órdenes de Julián Calero le va a exigir tener paciencia. Salvo sopresa, diversas fuentes apuntan a que se perderá el arranque liguero en Gijón.