VALÈNCIA. José Morales ha vivido un partido de dos caras ante el Córdoba. El atacante del Levante ha despertado en la segunda mitad y ha sido parte relevante de la remontada granota, que finalmente quedó en agua de borrajas por culpa de un penalti en contra en el descuento. Sin embargo, Morales ha vuelto a ser protagonista. Al ser sustituido, esta vez los aplausos parecieron imponerse a los pitos al Comandante, que convive desde su regreso con el debate público en la esfera granota entre el beneplácito a su vuelta o su inconveniencia. Para Morales, los pitos hacia su persona "influyen negativamente en el equipo".
Respeto todo tipo de opinión, aplausos y silbidos. Por mi parte no va a haber ninguna represalia hacia nadie. Yo salgo al campo, lo intento hacer lo mejor posible, trabajo, y unos días sale mejor y otros peor. La gente tiene que saber que independientemente de que me piten o no... eso influye negativamente en el equipo. Somos un vestuario, somos como hermanos, y si le pitan a uno pitan a otro. Si le pitan a un compañero porque falla un pase, yo me siento mal por el compañero. Me afecta. Cuanta más unión tengamos entre afición y equipo, mejor para todos.
Sabíamos que ellos iban a apretarnos arriba, se iban a meter en nuestro campo, y eso hace que el espacio sea menor. Teníamos su espalda para hacerles daño, pero no era fácil. Jugar entre líneas en campo propio es difícil, nos costaba salir. Nos precipitamos jugando tan largo, como he dicho en alguna otra ocasión, porque nos dura muy poco la pelota. En la segunda parte hemos intentado corregirlo, pero hemos recibido el gol en contra nada más empezar y nos ha hecho perder la noción del partido en 10 minutos hasta que hemos conseguido empatar.
Hemos conseguido ponernos por delante con alguna ocasión para ampliar el resultado, pero se nos escapan dos puntos. No ha sido un gran partido, pero sí hemos hecho un gran trabajo. Es importante que cuando no estamos muy acertados, tampoco perdamos.