Neus Flores se entrega a la moda 'upcycling' para combatir los excesos de la industria textil

ELCHE. “Soy montañera y amante de la naturaleza”, afirma la diseñadora y formadora freelance Neus Flores. Así se presenta, para explicar su sensibilidad especial con el medio ambiente. Una conciencia ecológica que le llevó a cambiar radicalmente su vida. Es de Barcelona, pero su trayectoria profesional en diversas multinacionales del sector de la moda le llevaron a vivir en distintos puntos de España, hasta recalara ahora en Elche, donde desarrolla varios proyectos de sensibilización medioambiental a través del diseño de moda mediante la técnica del upcycling. Una metodología que también enseña a los alumnos de los talleres que organiza el consistorio ilicitano.

En su anterior etapa profesional comprobó de primera mano que la voracidad del negocio pasa por los alto valores de sostenibilidad, haciendo que la industria textil sea la segunda más contaminante del planeta. Y es que la política de empresa de las compañías por las que iba pasando no iba con ella. Una situación que, unida a su maternidad, le llevó a tomar la drástica decisión de romper con todo y hacer algo que contribuyera a dejar un mejor planeta a su hija. Precisamente en eso consiste el proyecto Upcycling Flores, con el que recicla prendas para convertirlas en objetos valiosos. Una técnica que, además, enseña a los demás para concienciar y tratar de expandir esa sensibilidad.

“Llegó un punto en el que veía que trabajaba en un sector que chocaba con mi ética y mi moral”, afirma la impulsora del proyecto. “Los modelos de negocio se construyen desde el consumismo”, asegura. Ella prefería apostar por una moda más sostenible y pensó en dar una segunda vida a esa cantidad enorme de prendas que acaban en la basura después de haber implicado una cantidad ingente de agua y otras materias primas para su elaboración. “Decidí emprender para ser fiel a mí misma y generar un cambio”, apunta, aportando así su granito de arena al cambio. Y para ello utiliza mermas textiles o piezas de ropa olvidadas para crear objetos textiles nuevos, con una función diferente a la que estaba prevista cuando se fabricaron. Una técnica que se conoce como upcycling, que es diferente al recyclyng o reciclaje, precisamente por esa nueva función.

Formar para concienciar

“Hay miles de vertederos de ropa en países del tercer mundo, donde acaban las prendas del primer mundo a las que incluso, en ocasiones, ni se les ha quitado la etiqueta”, describe Flores. La fabricación de una sola de esas piezas puede requerir hasta 7.500 litros de agua, solo para su elaboración. Sin embargo, con el uso y lavado de la misma pueden llegar a necesitarse hasta 11.000 litros. Todo eso, solo para una pieza de ropa. “El fast fashion ha hecho que se pierda el valor de esas prendas”, sentencia. Es por eso por lo que su principal objetivo con este proyecto es concienciar y sensibilizar. “Lo hago a través de estos talleres con la concejalía de Juventud de Elche para que la gente valore lo que tienen en el armario”, explica.

Neus Flores: ella es su propia marca

El éxito de estos talleres le ha llevado a lanzar su atelier para comercializar prendas y seguir cerrando ese círculo. Y es que, si el consumidor elige objetos o prendas creadas con textiles de segunda vida, estará contribuyendo a reducir la aplastante la huella contaminante del sector. “En mi atelier crearé, como diseñadora, colecciones que podrán salir a la venta”, explica. Un proyecto, el atelier de Neus Flores, que empezará a funcionar a partir de septiembre.