VALÈNCIA. Semana de incertidumbre esta que acabamos de pasar, no solo por el suspense y la atención que nos ha generado la selección nacional de Luis Enrique y sus firmes convicciones (que aplaudo una y otra vez), frente a rivales como Grecia, Suecia y el madridismo recalcitrante que creían que la Roja también era merengue, por derecho de pernada aristocrática y suya también. No sé qué pasa, pero no nos ha ido nada mal cuando un seleccionador, en su función renovadora, ha prescindido de los agobios, empujones, acosos y derribos meseteros. Pero bueno, más allá de todo esto, el Valencia CF ha decidido llenarnos de contenidos variopintos toda la semana, filtrando fichajes imposibles, a los que cabría poner una corona informativa casi irónica, porque rayan la ciencia ficción de mal gusto y autobombo; también anunciando o amenazando, según se mire, con terminar el estadio contra todo y contra todos, porque, claro, el magnánimo y benévolo ser supremo singapurés debe hacer frente a la desconfianza, injustificada, de miles de personas, que no son capaces de ver su altruístico gesto constante con el club valencianista. Y también, cómo no, deja sutiles rastros de gestiones maravillosas, adelantadas y bien pensadas y expuestas por parte de su presidente, de renovaciones que están al caer… sí, al caer de un burro que diría aquel.
Y todo el maremágnum de informaciones las va dejando caer el propio Valencia CF, aunque las otras partes implicadas (jugadores, ayuntamiento, representantes, etc.) lo niegan y no solo eso: lo contradicen. Como siempre pasa, es una cuestión de óptica, porque la preparación, suprema y bien justificada, de Anil Murthy (ese señor que da consejos a periodistas, o valora la gestión deportiva y económica ajena bajo el criterio de poco inteligentes, etc.), le permite ver, saber y anticipar aquello que los demás no saben, ni intuyen ni pueden avanzar, porque carecen de ese don. Un don que, visto lo visto, consiste en hundir la reputación de un club histórico, en aumentar la deuda (por cierto ¿cuánto beneficia fiscalmente la deuda del Valencia CF al grupo Meriton Holdings?), en crear agujeros económicos insalvables para las arcas valencianistas, en despreciar a la grada, en despoblar de personal cualificado el club, etc. Y se me ocurre que esto solo puede responder a dos cosas: ineptitud o estrategia. E incluso pueden darse las dos circunstancias al mismo tiempo, pero con una pésima gestión comunicativa, incapaz de cubrir una deficiente gestión global de club o de encubrir las reales intenciones de su máximo accionista. Y en los dos casos solo veo una palabra: ridículo.
Ahora, últimamente, se vienen anunciando algunas salidas y algunas posibles entradas que, como dije ya antes, a veces me parecen hasta de mal gusto. Salidas es posible que haya, porque hay muchos futbolistas que Bordalás no quiere (y esto sí se lo ha comunicado de mil maneras al propio club: y el número asciende a 5 jugadores), y que aportan nada y cobran; pero lo de las llegadas ya me parece algo bastante más cuestionable. No podemos olvidar que el Valencia CF ya ha hecho una importante inversión (y ahí no éramos muchos los que cuestionábamos el precio del futbolista Marcos André, sobrevalorado, sin lugar a dudas, como dijimos en el “Club de Raje”, tanto Chente Oliver, Juanjo Romero y yo, en el programa “90 Minuts”), con un dinero que en verdad no tenía, ni tiene (el de CVC). Y cabría añadir que el club debe vender, con su nefasta gestión económica, por valor de 65-70 millones de euros para el próximo curso ya que tiene el límite salarial más bajo de primera división, junto con el Levante. Es decir, es el equipo (junto con el Barcelona) que más se ha devaluado en el campo y fuera de él. Esa cantidad, tal y como está el mercado, auspicia tres o cuatro ventas importantes, si además tenemos en cuenta que se ha comprometido a pagar siete millones por Alderete si se clasifica para Europa y debería pagar cuatro por Hugo Duro y uno y medio por el portero georgiano. Es decir, prepara trece millones más para el gasto dentro de este mismo ejercicio, ya que en abril-mayo debe responder económicamente a estas tres operaciones. Suma y sigue, claro.
¿Qué refuerzos van a llegar en el mercado de invierno? Pues si no ocurre nada raro (alguna cesión trasnochada, de esas que vienen tres jugadores que luego no rascan ni una y te explicas el porqué llegaron así), lo normal es que haya una salida ya importante: véase un Maxi o un Guedes, camino a Premier. O quizá los dos, para asegurarse (en el caso del luso) una cantidad que cubriese, más o menos, ese agujero económico y, al mismo tiempo (como en caso del charrúa), permitiese pagar lo que hay que pagar (Marcos André, Alderete, Hugo Duro y Mamardashvili). Estamos hablando de unos sesenta o setenta millones por Guedes y unos veinticinco por Maxi, que permitirían amortizar lo que resta de su compra, pagar el porcentaje de venta a PSG y amortiguar el impacto económico ya, dentro de este mismo curso. Y si esto no se da en enero, se dará a finales de primavera, eso lo tengo clarísimo. Y en esa cola están Gayá y Soler si no renuevan o si viene una oferta superior a las veinticinco millones, que es como ha valorado Meriton su posible salida (o eso dicen algunos intermediarios, pero no sé si es cierto o qué). La cuestión es que, cuando estos cuatro se marchen, porque se le invite a hacerlo, quizá uniéndose la posible salida de Cillesen o la de Gabriel Paulista si llegase una oferta por más de siete millones por él (que lo dudo) ¿qué le quedará al Valencia para competir y para vender? Lo digo ya: la inversión de Marcos André será ruinosa para el Valencia CF porque no vas a recuperar en tu vida lo que has pagado por él y de momento te sale cada gol suyo por un buen pico, así como cada minuto que juega. Esta es tu apuesta para volver a ganar dinero moviendo el mercado ya que los otros tres están cedidos todavía y Foulquier no parece que vaya a revalorizarse ya aquí con la edad que tiene. Wass está como loco por irse y Guillamón renovará, claro que sí, pero si es necesario (y lo será) también será traspasado. Racic y Diakhaby deberían salir este verano, ya que llevamos años esperando su crecimiento y seguramente habrán aumentado sus muchos centímetros, pero han evolucionado bien poco. Te quedarán Yunus y Koba Lein, así que vayamos rezando, que ni los trajo Corona ni Murthy, incapaces de reforzar al equipo en cuatro años. Y quien diga que esto no es así, miente como un perro o quiere mirar para otro lado o se deja engañar por ese encantador de serpientes que anda por las oficinas y por Paterna, filtrando, liando y no haciendo magia, sino engaños, al menos comunicativos.