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Son sale en todas las fotos y la defensa del Levante vuelve al 'blandiblú'

12/12/2021 - 

VALÈNCIA. La mejor noticia del Levante en Cornellà es que fue otro. La peor, que parece que incluso cuando puede ganar por fin un partido, termina quedándose en la orilla y no puede decir que no mereció irse por detrás en el marcador. Alessio es un tipo metódico en defensa, pero quizá el desagüe granota no lo arregle ni el mejor fontanero. Volvió a ser blandiblú, como en los peores momentos de aquel equipo de Paco López que andaba fino arriba y abajo se terminaba ensuciando hasta el cuello. O el de Pereira, que no lograba imponerse ni en una ni en otra. El técnico italiano lo reconoció en sala de prensa: los desajustes en la zaga constituyen un debe que pesa en el club todo el 2021. 

Mientras, en ese gran retrato que es hoy la defensa del Levante, destaca la figura de un futbolista que lo dio literalmente todo ante el Espanyol: Son Hidalgo. Empezó bien, mostró su mejor cara, llegó a línea de fondo, puso un centro de gol, marcó un tanto, lo celebró con la cámara... Y acabó deshaciéndose. Todo lo bueno que se había visto en la primera parte, desapareció en la segunda: falló en dos de los tres goles que encajó el equipo y se autoexpulsó en una jugada tras la que debería de pedir perdón la vestuario. Abofeteó a Melamed en un forcejeo en la banda.

Estas son las notas de PlazaDeportiva.com tras el Espanyol - Levante:

Cárdenas (8): Gigante. Si no fuese por él, el Levante hubiera tenido muchos problemas para sacar la primera parte adelante y el marcador, quizá, hubiese sido más abultado en contra. Pie salvador nada más arrancar el partido, una doble parada a De Tomás y Embarba, la aparición en la última jugada del Espanyol de la segunda parte.

Son (4): En todas las fotos. El sevillano dio la de cal y la de arena. Primer con una llegada al área para el gol de De Frutos, después con su tanto de cabeza para el 1-2... pero tiró por tierra su buena puesta en escena con una fragilidad defensiva evidente en los goles de De Tomás y el primero de Puado. Lo completó todo con una expulsión tan justa como intolerable.

Mustafi (5): Suficiente. En un partido en que ser rápido -de piernas y de mente- iba a ser obligatorio en defensa, Mustafi anduvo lento en coberturas. Se quedó corto en anticipación en algunas jugadas y le tocó correr a las espaldas. Suplió ese mal, que terminó siendo menor, con una contundencia que se fue difuminando, en general, en los últimos 20 minutos de choque.

Vezo (6): Bien. El crecimiento del portugués hace bien a un Levante que, pese a ello, sigue siendo un blandiblú en defensa. Vezo fue bien al corte, en los mejores momentos del equipo sostuvo a la defensa, pero también fue parte de los desajustes que, otra vez, engulleron a la zaga granota.

Clerc (5): Sigue sin ser el que era. En defensa, flojo. En ataque, menos incisivo de lo que se le supone a un lateral que la temporada pasada maravilló a media Liga. Tuvo el empate en sus botas, en posición escorada y con portería vacía. No pudo colar ese balón que hubiera rascado un punto, pero no están ahí los puntos negros y la falta de luces en la temporada del catalán. De momento.

Malsa (5): Suficiente. No fue el mejor partido del francés, pero tampoco el peor. Sorprendió la apuesta de Alessio por él y no por un centrocampista más posicional como Vukcevic o Radoja junto a Campaña en la medular.

Campaña (4): Se perdió en Cornellà. El sevillano no estuvo. Desapareció en la medular del Levante. Descendió metros para recibir y repartir. Fue lo más destacado de su trabajo sobre el césped, porque con balón no tuvo la lucidez necesaria para llevar cueros a posiciones de ataque. Tuvieron que ser otros, aunque se le vio algo más entregado en defensa. Fue a tapar huecos donde, normalmente, nunca se ve a Campaña.

Bardhi (6): Creativo. El macedonio es la bombilla que se ha de encender en el Levante cuando merodea cerca de área contraria. La velocidad es cosa de otros. Así lo hizo y funcionó... hasta que el equipo acabó estancando su montaña rusa y el encuentro dejó de ser ideal para sus calidad.

De Frutos (8): El mejor. Marcó, asistió -un caramelo con música teledirigido a la cabeza de Son- y fue quien encontró petróleo en las transicidiones defensa-ataque veloces para buscar las contras cuando el Espanyol adelantó sus líneas, sobre todo en los últimos coletazos de la primera parte. Partidazo del segoviano.

Morales (7): Por fin. Notable actuación del capitán, que marcó su quinto tanto de la temporada. Erró la que tuvo al final del primer acto, pero hay que adjudicarle méritos a Diego López más que deméritos al Comandante. Buen partido después de muchos sin aparecer. Fue primer cambio, por Cantero. Si las miradas matases, la que le lanzó a Alessio tras ser sustituido hubiese acabado en entierro. No se marchó contento al banquillo, pero volvió a ser importante.

Roger (5): Aislado... y ya van muchos partidos. El regreso de Roger a los terrenos de juego tras una fascitis plantar que siempre se hace eterna no ha llevado al de Torrent a ser el goleador que solía ser la temporada pasada. Lejos del área, se pierda; dentro de ella, tocó pocos balones. Rozó con la cabeza el que terminó introdujendo De Frutos para empatar a uno.

Cantero (5,5): En busca de electricidad de refresco. Cantero es de lo más parecido a un jugador de banda que tiene el entrenador italiano en el banquillo si quiere relevar a Morales o De Frutos. El madrileño fue el elegido y, lejos de revolucionar nada, sí refrescó. De su empeño nació la última jugada en la que el Levante pudo empatar.

Melero (5): Poco tiempo para ayudar en el aspecto ofensivo, pero es una buena noticia su regreso tras mes y medio parado por culpa, otra vez, de sus isquiotibiales. 

Soldado (5): Poco. No es un revulsivo. Agita, pero no aprece en el área, que es su hábitat natural. A protestar, arengar y mostrar corazón no le gana nadie. Estuvo en la photo finish, en esa última chance del partido, con la caña preparada.

Pepelu y Coke (-): Sin tiempo. Ninguno de los dos tuvo tiempo para hacerse notar en el campo, aunque al lateral sí le dio para, en una ocasión, ingresar en el área. Cayó y pidió penalti, pero en realidad había tropezado consigo mismo. 

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