VALÈNCIA. El Lavante sale de su particular túnel. Fue gracias a muchas buenas actuaciones, pero una destacó por encima del resto, sobre todo, por su regularidad durante toda la cita frente al Málaga. Andrés García portó esta vez la capa. También Carlos Álvarez sacó su varita -tarde pero de forma decisiva-, pero fue el valenciano quien se llevó la palma. Estas son las notas de Plaza Deportiva tras el Levante UD - Málaga CF:
Andrés Fernández (6): Poco trabajo, pero esencial. Las dos ocasiones claras que el Málaga encontró en el primer tiempo, fueron para dentro. Aún así, el murciano paró una intentona aislada y sostuvo al equipo con seguridad.
Andrés García (8,5): Otro nivel. Fue, sin duda, el mejor del Levante. Los dos tantos de la primera mitad salieron de sus botas: el primero, con un centro exquisito, contando con una blanda y desarticulada defensa del Málaga para que Romero rematara liberado; el segundo, marcando el tempo y descartando acuchillar por banda al imaginar la triangulación con Kocho. Andrés fue, precisamente, eso: un cuchillo. El más afilado del curso. Y con una visión de juego incluso desconocida en él.
Elgezabal (6): Regular. Expeditivo, sí, pero también sufridor. La línea defensiva granota, que él lidera, fue la más endeble del Levante. La demarcación que flaqueó frente a un ataque malaguista que, con cuentagotas, logró amargar parte de la fiesta. Elgezabal no estuvo bien en el gol de Larrubia, que remató demasiado cómodo.
Cabello (5,5): Suficiente. Demasiado sufridor en momentos críticos del encuentro. Desarbolado en ocasiones. Creció en la segunda mitad.
Pampín (5): Sufridor. Dio la de cal y la de arena. Fue una buena opción para salir con velocidad por la zurda -se asocia bien y físicamente está entero-, pero en una excursión temeraria al ataque, por dentro, protagonizó la pérdida que provocó el empate del Málaga por segunda vez en la tarde.
Oriol Rey (6): Trabajo invisible. A pesar de detalles como el penalti provocado en Ferrol -que empañó por completo su partido-, la labora del catalán es esencial en el equipo que quiere Calero. Rápido al corte, fue la balanza, el futbolista que sostuvo, en muchos momentos, la 'locura' y electricidad del Levante lanzado.
Kocho (6): Necesario. De menos a más, Kocho fue evidenciando que el grupo necesita de futbolistas con sus características. El sutil toque para habilitar a Romero en su segunda diana, precioso. Calidad y versatilidad a exprimir. Calero le sustituyó buscando equilibrio en el centro del campo para librera a Lozano por delante.
Pablo Martínez (5): Poco. El Levante necesita de su mejor versión, pero estuvo demasiado vigilado. Y no especialmente hábil por dentro. Fue funcionando a tramos y esa falta de continuidad no le ayudó. Ha de ser más constante.
Carlos Álvarez (7): Al rescate. Parece que no está, hasta que está. En el cómputo global, no fue el partido más estupendo del mago de Sanlúcar, pero en la recta final se puso la capa. Una diablura por derecha fue la que terminó con el tanto del triunfo de Espí. Tanto fue así que la celebración, más que con el delantero de Tavernes, fue con el centrocampista sevillano.
Brugui (5): Falló lo que no suele. Tuvo en sus botas la oportunidad de desempatar antes de que Romero hiciese lo propio por segunda ocasión. La oportunidad, clarísima. De las que no acostumbra a errar un Brugui que estuvo lejos de su nivel general. Le está costando tras la lesión a pesar de la bomba ante el Elche.
Romero (8): Letal. El manchego anotó dos y ya ascienden a cinco los tantos liguero de su temporada. Es decir, es el máximo goleador del equipo, por delante de los Brugui, Carlos Álvarez, Kocho, Morales... Romero resurge de ciertas cenizas y del mar de dudas que ha alimentado desde que firmara en Orriols. Parece que está acabando con ellas. Su segundo tanto fue especialmente destacable: letal en la definición, poderoso en el cuerpo a cuerpo.
Morales (5): Errático. La meteórica recuperación del Comandante tuvo el premio de los minutos en la segunda parte. No había rotura en su tobillo... ni gol en sus pies. Dos acciones claras, en las que no decidió bien, marcaron el paso de Morales en el encuentro.
Algobia (6): Goleador. Jugó buenos minutos. Clarividente, ordenado y box to box. Anotó el cuarto. Solo empujó, pero siguió bien la última acción. El tanto sirvió para escenificar, de nuevo, la salida de otra mala etapa por culpa de las lesiones.
Lozano (6): Mejor. Minutos para salir del túnel. La tranquilidad e inteligencia del valenciano para empezar la jugada del cuarto tanto fue fanástica. Y crucial.
Espí (6): Hombre boya. Fue un cambio ofensivo. Calero retiró a Oriol Rey para deshacer su medular y armar un ataque co overbooking. Al de Tavernes le tocó ser hombre boya y, por esas, se convirtió en héroe. Fue un gol feo el de Tavernes, tan horrible como válido. El segundo de la temporada para el canterano, que erró dos mano a mano que desendulzaron su entrada. Aún así, es una solución de la que tirar en casos, precisamente, como los de este encuentro.
Dela (-)