VALÈNCIA. No es descubrir la penicilina afirmar que las bajas de Campaña y Morales son más que sensibles para este equipo. Sin embargo,sus ausencias no tienen mucho que ver con el gran talón de Aquiles de este Llevant durante toda la temporada:la fragilidad defensiva.Y más aún sin Postigo,el líder inequívoco de la zaga y el mejor con diferencia de los de atrás.Los dos tantos oscenses fueron clamorosos errores de marca de Toño y Coke, algo que es muy probable que suceda si se permite que una escuadra tan limitada como dl Huesca domine el juego, tire 30 veces a gol y genere innumerables acercamientos a los dominios de Oier, que estuvo soberbio.
El Llevant rascó un punto milagroso ante un rival que hizo merecimientos para llevarse la victoria sin más virtud, que no es poca, que ir al 110% en cada balón, seña de identidad esencial del once levantino hasta no hace tanto. Los valencianos además se beneficiaron, de nuevo, de la bendita existencia del VAR, que anuló un gol aragonés y concedió el 2-2, decisiones ambas totalmente correctas.
Los equipos se arman desde atrás, dicen los que entienden. En este Llevant de Paco López nunca sucedió así: más bien se aplicó la máxima aquella de que la mejor defensa es un buen ataque y así es como este equipo ha jugado como los ángeles y al míster de Silla le han llovido los elogios, entre ellos los míos, contundentes. Pero en el Alcoraz los blaugrana no fueron ni sombra de sí mismos. En defensa es ya algo previsible; que suceda también en ataque es alarmante. Ni en la primera ni en la segunda mitad fueron capaces los balcánicos de mover al equipo, que sobrevivió gracias a unos cuantos arreones de Toño y Coke –muy desacertados atrás, sin embargo– y de Jason y Roger, decisivo de nuevo.
Vukcevic de hecho marró su segunda titularidad. Como sucedió en Valladolid, recibió una tarjeta en el 11' que le condicionó y a la media hora de partido Estrada le perdonó la expulsión por otra entrada a destiempo. En el descanso López, temeroso de quedar con diez, lo dejó fuera. En honor a la verdad, el trencilla igualó la injusticia poco después al no mandar a la ducha a Pulido. Vukcevic tuvo una presencia en la medular que por momentos recordó vagamente a Lerma, pero la tarjeta limitó mucho sus prestaciones en la destrucción y tampoco estuvo fino con el balón en los pies.
Si Prcic, por su parte, debía aprovechar la ausencia de Rochina (y de Campaña) para demostrar que es capaz de hacerse cargo de la madeja de la escuadra y ser titular en este once no lo está consiguiendo, desde luego. El bosnio no hizo gran cosa para disimular la endeblez de los centrales y sólo consiguió de vez en cuando que el equipo circulara el esférico con criterio.
Lo cierto es que Paco López no da con la tecla para conseguir una cierta regularidad del equipo ni un equilibrio óptimo entre defensa y ataque. Ni sin Postigo, Campaña y Morales ni tampoco con ellos: este Llevant no ha sido, más que a ráfagas, el que nos deleitó en el tramo final del curso pasado, el que al margen de los resultados hacía las delicias de los levantinos. Y la verdad es que el único cambio de aquello a esto es Lerma (o Lukic), que en todo caso apenas jugaron juntos. ¿Dónde está el quid? ¿Por qué este equipo no es capaz ahora de arrollar, aún con bajas, a un rival muy inferior sobre el paper, como el Huesca? Tal vez sea un tanto frívolo insistir en un par de evidencias tan obvias, pero uno: en todos los grandes equipos de la historia del fútbol los jugadores más talentosos necesitaron, de forma imperiosa, a grandes zapadores a su lado; y dos: ni Vukcevic ni Prcic ni Doukouré han demostrado hasta la fecha que puedan ser ese futbolista. La sombra de Lerma (Lukic) es, realmente, alargadísima.
A Paco López no le queda otra que seguir buscando la solución: en realidad Vukcevic apenas ha jugado dos ratos y no ha tenido ocasión, por las circustancias, de mostrar el potencial que se le supone. El montenegrino, si encuentra su encaje y muestra su mejor fútbol, debe ser la pieza que falta y que podría hacer de este Llevant un equipo legendario. Otros, sin apenas haberlo visto jugar, ya condenan su fichaje como un fracaso. Parecen no haber aprendido lecciones tan recientes como la de Boateng, que ayer se reivindicó con un gol y una presencia ofensiva que devino decisiva, en los escasos 20 minutos que estuvo sobre el césped.Debutó el manchego Fran Manzanara a quien López regaló el estreno en Primera y le ofreció la oportunidad de mostrar su humilde candidatura a convertirse en un hombre que dé el tan ansiado equilibrio a la medular. De todos modos, con el regreso de Campaña y Rochina, López volverá a confiar en el toque en la medular como el mejor analgésico para erradicar la nostalgia de Lerma (Lukic).
UNO A UNO:
Oier (8); Cabaco (5), Pier (4), Chema (5); Coke (4), Vukcevic (4), Prcic (5), Jason (6), Toño (3); Mayoral (4), Roger (7).
Bardhi (4) por Vukcevic (46')
Boateng (7) por Cabaco (70')
Manzanara (sc) por Prcic (83')
Paco López (6)