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opinión

El fútbol sí espera

2/02/2019 - 

VALÈNCIA. El subidón del martes, el emparejamiento en Semifinales de la Copa ante el Betis -que aunque no será ni mucho menos fácil era el mejor posible- y la contundente victoria ante el Villarreal deben haber servido para insuflar en el vestuario la confianza que tanto escaseaba y, aunque siempre abusamos de ese tópico que dice que : ‘el fútbol no espera a nadie’, lo bien cierto es que el Valencia no es, afortunadamente, el único equipo que ha pinchado en más ocasiones de las deseables y esta liga, la de este año, sí que permite errores y pese a la pésima primera vuelta del equipo aún está a tiempo de todo y ‘todo’, obviamente, es la posibilidad de ocupar una de las cuatro plazas que te llevan de vuelta a la Champions. La próxima parada es esta misma tarde en Barcelona y el Valencia CF debe comparecer allí sin complejo alguno. Todos sabemos que si Messi está inspirado es casi Misión Imposible porque, y espero que se entienda mi ironía, a ese chico no deberían dejarle jugar al fútbol simple y llanamente porque adultera el campeonato. Si en el fútbol existiese el Tribunal de la Competencia no estaría permitido alinear un futbolista que es en sí mismo mejor que todos los demás juntos pero… al Barça se lo permiten y con eso tenemos que apechugar todos los demás. Esperemos que no tenga su tarde y esperemos que el Valencia sea capaz de desplegar lo que fue capaz de desplegar ante el Villarreal y el Getafe para arrancar un buen resultado en el Camp Nou que, además del rédito en puntos, catapultaría más si cabe la confianza del grupo de cara a los importantísimos envites que va a tener que afrontar en breve. 

Por cierto que podría ser, si al final Garay no llegase, que para el partido del sábado Marcelino se vea obligado a alinear a Facundo Roncaglia. Y es que el jueves bajó la persiana el mercado invernal y la verdad es que mejor que al Valencia le haya cogido en un momento de euforia porque mucho me temo que, si en plena depresión se hubiera enterado el valencianista que los refuerzos para invierno eran Roncaglia y Sobrino, hubiera ardido Troya. De no haber ganado al Villarreal y/o no haber conseguido el pase a Semifinales de Copa los fichajes hubieran caído como un dolor de estómago pero, como siempre sucede en el mundo del fútbol, el estado de felicidad que respira el valencianismo hacen que el análisis sea mucho más benévolo. Está claro que la valoración habrá que hacerla cuando veamos el rendimiento de los nuevos jugadores y que hay muchos ejemplos en la historia del Club de futbolistas de perfil medio que terminaron triunfando y también de otros que llegaron a Mestalla con vitola de ‘supercrack’ y que terminaron saliendo por la puerta que ha salido Michy Batshuayi pero el cartel no es, en principio, el esperado cuando se barajaron alternativas más ambiciosas. Particularmente entiendo el fichaje de Roncaglia porque viene a suplir a Rubén Vezo y, sinceramente, creo que lo mejora cuando ,además, llega cedido sin obligación de futuro pero no entiendo tanto la de Sobrino, y no porque dude de las capacidades del futbolista sino porque entiendo que, habiendo sido la falta de gol el argumento único con el que desde el Club se explicaba la deficiente primera vuelta del campeonato, lo que necesitaba el equipo era... GOL. Quizá, más grande que la Fe en la llegada de Roncaglia y Sobrino, sea la esperanza que despierta el buen momento de jugadores como Parejo o Gayá, la posibilidad de que Rodrigo vuelva a repetir actuaciones como la del martes, la recuperación de activos importantes como Guedes o Kondogbia y , por encima de todo, La luz que aporta la irrupción de Ferrán y Kang In Lee de cara a una segunda vuelta que nos haga disfrutar y nos devuelva todo lo sufrido.

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