VALÈNCIA. Estoy preocupado por el efecto anímico que pueda provocar la derrota del Femenino ante el Atleti. Aunque a las primeras de cambio, era un partido clave para marcar una tendencia ante las campeonas de Liga, consolidar las bases del cambio de rumbo desde el banquillo y enchufarse al sueño de la Champions League (UWCL). Sin embargo, un gol en el arranque de la segunda parte bastó para que el discurso habitual se mantuviera y las ilusiones se minimizaran. Hay que remontarse a mayo de 2016 para encontrar la última vez que el Levante logró puntuar como local contra las rojiblancas y aún más atrás, a marzo de 2013, para el último triunfo, un 1-0 gracias al gol de Alicia. Antes del 0-1 del sábado, las dos anteriores visitas se habían saldado con sendos 0-4 en contra. Me duele reconocer que esta película es la misma que la de la temporada pasada. Hay una gran plantilla, que se hinchará a ganar partidos, pero también existe el riesgo de que pueda derrapar o dejarse llevar en momentos innecesarios como sucedió en la segunda jornada del curso actual contra el Rayo Vallecano y, sobre todo, todavía no le da para tumbar a Barcelona y/o Atlético. No sé si es calidad, ritmo, ambición, gen competitivo, cualquier aspecto inclasificable o una mezcla de estos factores. Sea lo que sea con exactitud, la realidad es que hay aún trecho con respecto a los dos equipos que dominan con puño de hierro.
Es cierto que en el último 0-1 pudo cambiar la película en un arranque para creer, y con una dosis de polémica arbitral, que hubiera dejado herido de muerte al Atlético más diezmado de los últimos años por los contratiempos. Sin Virginia, Amanda ni Lola Gallardo por lesión, con nuevo entrenador y con las heridas sin cicatrizar del 6-1 que le propinó el Barcelona en su día, el Levante creyó a ráfagas, se encomendó a la madera en dos joyas que estampó Ángela Sosa en el travesaño y, desde el banquillo, María Pry reaccionó tarde con los cambios. El tanto de la internacional brasileña Ludmila fue demasiada bofetada y más si cabe esos 15 minutos de regalo antes de intentar variar el guión con el triple relevo. No voy a señalar a las jugadoras que a día de hoy tienen una protección excesiva pese a no ofrecer motivos para ser tan protagonistas, pero sí me atrevo a sentenciar que hay dos que son diferenciales y que relegarlas a la suplencia es un regalo para el rival: Alba Redondo y, sobre todo, Eva Navarro. Estoy convencido de que el Atlético hizo palmas cuando vio que la de Yecla estaba en el banquillo. Aunque no lo compartí, entendí qué pretendía Pry, pero lo que me parece imperdonable es que cuando entró, insisto que con poco tiempo, apenas se asociaran con ella cada vez que soltaba un desmarque. Eva pedía a gritos salir a la contra, pero eran sus propias compañeras las que ralentizaban sus intenciones y permitían a las actuales campeonas echar el cerrojo. Sin proponer demasiado, pero controlando el ritmo salvo durante esos primeros 20 minutos con dudas, y con una Charlyn Corral hipermotivada en su vuelta a casa tras un inicio desconcertante como colchonera y desgastándose en defensa más que en sus cuatro temporadas en el Levante, el Atlético salió indemne de unos días de convulsión. Normal su alegría en el vestuario visitante de la Ciudad Deportiva de Buñol
“Insistir, persistir y nunca desistir. El trabajo está siendo bueno. Los resultados llegarán”, reflejaba Alba Redondo en sus redes sociales. Simplemente se han disputado cinco jornadas y lo que ahora no sea promover que es necesario que el estilo María Pry cale y se vea con continuidad de resultados sería meter la pata y mentir a la verdad. Ni el 4-4-2 inicial con rombo en la medular, ni ahora el 4-2-3-1 de las últimas jornadas han servido para adjetivar el estilo de la sevillana en Orriols. Entiendo que sepa a poco pensar que a este Levante le llega únicamente para ser tercero. A esos que únicamente miran al presente y creen que no es tan difícil volver a ser esa sección que ganaba títulos con la gorra (la última Liga se consiguió en la 2007/2008 y la última Copa de la Reina en la edición anterior), les pediría paciencia y hacerles ver, aunque creo que es evidente, la realidad del fútbol femenino nacional con dos equipos que están confeccionados para reinar también en Europa. Por supuesto que no hay que ser conformistas y además casi todo el vestuario ha convivido en el éxito y no entiende de medias tintas. La premisa es seguir confiando, no olvidar que este crecimiento no es de la noche a la mañana e igualmente no pasar por alto que partidos como el del sábado contra el Atlético condicionan en lo numérico y en lo anímico porque pueden deshinchar el globo de la ilusión. Ellas también son conscientes de que este no es el camino, que necesitan mejorar y en las manos de Pry está gestionar y llevar a buen puerto a una plantilla con argumentos de sobra, pero con jugadoras que todavía no han encontrado su sitio y que quizás necesiten dar un paso atrás para coger impulso. Creo en ella, en su ambición y en su capacidad para maravillar y hacernos disfrutar a todos. Pese a que los resultados no están llegando, María me parece una entrenadora de nivel.
El panorama es claro. Para optar a los ‘premios’en la Primera Iberdrola, que es luchar por el título o acceder a la Champions League ya que a la Copa de la Reina van los 16 equipos y habrá cabida también para los de la Reto Iberdrola en busca de una plaza en la Final Four final, tienes que estar al nivel de las poderosas y desde la revolución del verano de 2018 con el pago de la cláusula de Sonia Bermúdez o los fichajes de las mundialistas Ivana Andrés y Marta Corredera, como operaciones más sonadas, el Levante no ha sido capaz de marcarle un gol, en cinco partidos, a Barcelona (0-0 y 0-1) o Atlético (2-0, 0-4 y 0-1). La reforma de la UWCL en la 2020/21 podría llevar ese premio para la tercera plaza. Para aquel entonces y si además aparecen equipos como el actual Deportivo, que ahora suma los mismos 13 puntos que el líder Barcelona, el Real Madrid también querrá pelear por ese lugar ya que amenaza con conformar un presupuesto de equipo continental. A la postre, para optar a ese cajón continental, hay que sumar más del 90 por ciento de los dígitos y ese ritmo solamente lo pueden llevar dos: las catalanas han cedido dos en Vallecas, que compensaron con la goleada en el Johan Cruyff a las que defienden la corona.
No es el motivo principal por el que el Levante haya dejado escapar más puntos (8) de los que lleva (7) en su casillero, pero no hay que pasar por alto el rendimiento arbitral en esta nueva Primera Iberdrola. Sonado fue el penalti que le birlaron a las granotas en Zubieta por unas manos de Itxaso. O el fuera de juego del inicio del partido contra el Atlético que pudo cambiar el ritmo de un cara a cara que luego se tiñó de rojiblanco sin tampoco grandes alardes. Una realidad que se ha extendido al resto de la competición y que expuso sin pelos en la lengua Irene Ferreras, entrenadora del Valencia Femenino, en su empate contra el Tacón, próximo rival del Levante. «Creo que ya es hora de que el fútbol femenino crezca de verdad, al final no hay nivel en el arbitraje y lo creo así. No quiero meter a todas en el saco porque no vamos a generalizar, pero lo que estamos viendo en las ultimas jornadas y no sólo en mis partidos, creo que hay equipos que son muy perjudicados por decisiones arbitrales muy claras», reclamó Irene, que además fue expulsadacon argumentos que le daban la razón.