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Una treintena de valencianos alcanza la cumbre del deporte

  • La atleta Fátima Diame llega en un buen momento a París. FOTO: SERGIO MATEO

VALÈNCIA. Los dos hijos de Néstor Abad nacieron mientras él estaba compitiendo en el extranjero. Liliana Fernández llegará a París después de dos partos. Ángela Martínez se ganó la clasificación para los Juegos en un cerrado sprint después de dos horas sin parar de bracear en aguas abiertas. Pablo Herrera se va a convertir en el primer jugador de vóley-playa del mundo que disputa seis Juegos Olímpicos. Thierry Ndikumwenayo salió de Burundi y se pasó siete años entre Alicante y Castellón hasta que logró la nacionalización…  Nadie dijo que fuera a ser fácil.

Cerca de treinta jóvenes de la Comunitat Valenciana disputarán los Juegos Olímpicos de París entre el 26 de julio y el 11 de agosto. Una treintena de elegidos que han alcanzado su objetivo, una meta que se propone todo aquel que consagra su vida al deporte. Desfilar en la ceremonia inaugural, convivir en la villa olímpica con estrellas mundiales, disputar la competición más elevada de su carrera. La cumbre. 

Nadie en la Comunitat amasa tanta experiencia olímpica como Pablo Herrera, un histórico del deporte español. El castellonense lleva veinte años en la élite. Su primera gran competición fue el Mundial de 2003, en Río de Janeiro, con 21 años. Desde entonces no ha fallado. Hace unos meses, en Tlaxcala (México), disputó su undécimo Campeonato del Mundo, y en unos días se convertirá en el primer jugador de vóley-playa que alcanza sus sextos Juegos Olímpicos. Su debut fue inolvidable, aquella medalla de plata en Atenas 2004 con Javier Bosma de pareja, y ahora, ya con cuarenta y dos años, se mantiene al calor de la llama olímpica.

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