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Nuestra final
28/05/2023 -
VALÈNCIA. No me gusta utilizar el calificativo de "final" para hablar de un partido en el que, por muy importante que sea, no haya nada en juego. Tampoco la frase de "es un rival difícil" para describir al contrario. Todos estos tópicos los dejo para el entrenador de turno o los futbolistas que se ponen delante de un micrófono sin saber muy bien lo que responder. Sin embargo, y si ustedes me lo permiten, esta vez sí que voy a recurrir al término de "final" para hablar del partido Valencia-Espanyol. Este encuentro es nuestra final. Porque, aunque no haya ningún trofeo que llevarse a la boca, este domingo en Mestalla nos jugamos la salvación.
Tras la inexplicable derrota contra el Mallorca, el encuentro ante el Espanyol es decisivo para la suerte de ambos equipos. El Valencia desperdició de manera incomprensible una primera bola de partido y ahora se tiene que jugar la temporada en 90 minutos. Es cierto que le vale la victoria y que con un empate existe la posibilidad de no descender. Pero ahora nos hemos metido en un lío. Lo de Son Moix no hay por donde cogerlo. El Valencia dependía de sí mismo para lograr la salvación matemática, pero realizó uno de los peores partidos que recuerdo. Es posible que hubiera parte de desconexión mental, sobre todo después de lo ocurrido contra el Madrid y el caso Vinicius. O incluso que las piernas pesaran en exceso tras el gran esfuerzo realizado. Pero aún así, la actitud con la que el equipo salió al campo no tiene justificación alguna.
Llegados a este punto, y luchando por no bajar en lugar de jugar finales de Copa o de Champions, el Valencia tiene que ganar su final contra el Espanyol. Es la única manera de ahuyentar cualquier tipo de fantasmas en la última jornada liguera. Ya decía Baraja que el efecto Mestalla iba a ser decisivo para la suerte del campeonato. Y lo ha sido en los últimos encuentros que se han disputado. Pero lo que sucede es que en este caso al Valencia le puedan apretar en exceso las urgencias, mientras que el rival llega en un dinámica positiva tras sus últimos resultados. Después de la desfeta de Mallorca, afrontamos un partido vital en el que puede pasar cualquier cosa.
Yo no me fiaba del Madrid. Pero le ganamos. Como tampoco me fío del Espanyol. Y también espero ganarle. Lo que pasa es que el rival no es tan mal equipo como su clasificación indica. El Espanyol tiene jugadores que serían titulares indiscutibles en este Valencia mediocre que nos ha dejado Meriton. Basta con mirar el centro del campo y la delantera (Darder, Puado, Denis Suárez, Joselu, Braithwaite...) para estar preocupados. No sé lo que ocurrirá en nuestra final. Ni espero que Pepe Bordalás tenga razón cuando dijo aquello de que "la salvación se decidirá en el último minuto de la última jornada de Liga". Porque no quiero volver a tener que depender del Betis como ocurrió una temporada de la que no quiero acordarme...
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