Mateu Alemany al frente, que acabó hasta el gorro del Inter y del inefable Piero Ausilio, primero con Kondogbia y después con Cancelo, ha sabido jugar sus cartas y se ha puesto ‘duro’ con la Juventus, club amigo, con el que existen magníficas relaciones – Zaza o Neto-, pero al que no se le ha dado ni una facilidad, ni una sola rebaja...
VALÈNCIA. Más trampas que en una película de chinos. No es nuevo que los clubes italianos, superados por los españoles en el césped y por los ingleses en la chequera, son hábiles negociadores y además, expertos regateadores. Quieren jugadores buenos cedidos para pagarlos si es que pueden, piden futbolistas caros en cómodos plazos y sienten auténtica pasión por la zona del 'compro, vendo, cambio' llamada “calciomercato”. Pero hete ahí que el Valencia CF, con Mateu Alemany al frente, que acabó hasta el gorro del Inter y del inefable Piero Ausilio, primero con Kondogbia y después con Cancelo, ha sabido jugar sus cartas y se ha puesto ‘duro’ con la Juventus, club amigo, con el que existen magníficas relaciones – Zaza o Neto-, pero al que no se le ha dado ni una facilidad, ni una sola rebaja. La Juve quiso una cesión y el VCF se negó. Después pidieron una cesión con opción de compra y el VCF dijo no. Y finalmente, después de que Alemany les dejase claro que Cancelo sólo saldría en forma de traspaso definitivo, el VCF apretó aún más las tuercas al negocio para sacar una cifra muy próxima a los 40 millones de euros –32 de beneficio neto- por un defensa por el que, en su día, pagó 15. Negocio redondo.
La jugada permite al Valencia coger aire y en enviar un mensaje a la competencia europea: ni se pagan favores ni se hacen rebajas. Cancelo, sin oficio defensivo pero con alma de delantero, sale dejando mucho dinero en caja. Producto de la factoría Mendes - un fenómeno moviendo hilos en el mercado-, Cancelo supone un empujón para cuadrar el balance económico ché. El VCF se ha movido con sentido común, marcando los tiempos y saliéndose con la suya. Alemany sacó el manual del buen negociador, dijo a comienzos de semana que la Juve estaba muy lejos del dinero que pedía el VCF y horas después, desbloqueaba el fichaje, rematando una operación compleja. Según Mario Selma, eminencia en cuanto a los números valencianistas se refiere, si el VCF cobra 38 kilos por Cancelo, aún le faltarían unos 9.4 millones por recaudar para llegar a los famosos 45 kilos netos presupuestados en ventas. Y si fueran 40, pues al VCF le restarían aún 7.4 kilos. Buena operación, primera piedra de la operación salida y paso a la segunda fase estival, en clave italiana: Simone Zaza. Si el VCF logra colocarlo por unos 20 millones, habrá cerrado el círculo.
Va a ser un largo y cálido verano en Mestalla, pero el club tiene más claro que nunca en qué dirección se está moviendo: a la hora de vender, sin rebajas; a la hora de comprar, rumbo fijo. Diakhaby está al caer, Gameiro se está cocinando con el Atleti, el VCF ha solicitado la cesión de André Gomes, Hazard está en “stand by” y Daniel Wass está como loco por recalar en Mestalla. ¿Y Gonçalo Guedes? Pues en eso anda Jorge Mendes, que un día se levanta en Doha y al siguiente, en Singapur, tratando de desbloquear un asunto que amenaza con desencadenar una guerra civil en el PSG, que no sabe si vender, ceder o quedarse a un jugador cuya única voluntad pasa por jugar en Mestalla para Marcelino. Juegue, 'Yorye.'