VALÈNCIA. Koke Vegas va a jugar este viernes en Pucela su cuarto partido desde su regreso al Levante el pasado invierno. Es un nuevo momento para el meta malagueño, y no es uno fácil, desde luego: en el choque más tenso y con menor margen de error del equipo en lo que va de temporada -y eso que, desde su última actuación en San Mamés, los partidos de los de Paco López se han contado por finales- y además con el reto de cerrar la puerta ante el otro club de la Primera División que, al igual que el Levante, no ha dejado su portería a cero en ninguno de sus encuentros.
La desafío es de envergadura. Siempre lo es si se trata de sustituir a Aitor Fernández, que no está rayando el nivel del curso pasado, pero que sigue siendo más que indicutible bajo los palos del Ciutat -mejora de contrato pendiente-. Ante el Athletic, Koke jugó por el fallecimiento del padre del meta guipuzcoano, que entró en convocatoria y viajó con el resto de la expedición, pero se desplazó a Mondragón junto a su familia. Lógicamente, aquella semana no fue fácil para Aitor y, pese a entrar en la lista, Paco López reconoció que la decisión de no jugar, que estuvo siempre en las manos del propio portero, estaba prácticamente tomada. Aún así, la titularidad llegó al conocimiento de Koke a últimos de semana.
En esta ocasión la tesitura es diferente. Tres el golpe y la posterior contusión testicular de Aitor, ya es seguro que no podrá estar en Pucela, según apuntaron fuentes del club de Orriols. Koke Vegas entrena toda la semana a sabiendas de que, salvo sorpresa -porque la otra opción es Dani Cárdenas, que también ha entrado en convocatoria en las dos últimas citas-, será él el inquilino de la portería en Valladolid.
El de Antequera, eso sí, va a jugar en 10 partidos como levantinista esta temporada los mismos encuentros ligueros que en la campaña anterior. Después de finiquitar antes de tiempo su cesión en el Deportivo de la Coruña el pasado 31 de enero, Koke jugó dos choques: ante el Celta en Vigo y contra el Getafe en La Nucía. Los dos ya con la permanencia más que sujetada bajo el brazo de los granotas y en uno de ellos, el segundo, dejando limpia su portería.
Antes de eso, en su paso por el Depor en Segunda División había tenido solo otras dos oportunidades: en las dos primeras rondas de Copa del Rey ante Illueca y Unionistas, ante el que los gallegos cayeron eliminados en penaltis. En Liga no tuvo ningún minuto, motivo por el cual vio con muy buenos ojos la opción de regresar a Valencia cuando Oier hizo fuerza para salir al Espanyol a finales del pasado mercado invernal. Antes de su medio curso en A Coruña, Koke había jugado un encuentro en el Ciutat en la 18/19 -el último de Liga contra el Atlético de Madrid, con poca presión y con la salvación sellada justo una jornada antes en Girona- y otro en la 17/18 -frente al Celta, de nuevo en la jornada 38 matemáticamente salvado-.
En estas líneas se resume la experiencia del portero malagueño en la máxima categoría del fútbol español desde que ingresara en las filas del Atlético Levante en 2015 y ascendiera a la primera plantilla. Koke Vegas no tuvo suerte en San Mamés, probablemente porque el equipo al completo cuajó el peor partido de lo que va de temporada, pero pudo hacer algo más en los goles vascos, más allá de sacar con contundencia un mano a mano a Iñaki Williams. El '1' del Levante está ante otro momento clave.