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a pesar de los vaivenes, acaba cerca de su propia estela de la pasada temporada y en números similares a los ascensos del pasado año

El Levante se mira en el espejo del Granada

24/12/2023 - 

VALÈNCIA. Javi Calleja tenía muy claro el dato. El empate en La Romareda dejó al Levante fuera de las plazas de promoción al término de la primera vuelta con 32 puntos en la tabla. Son cuatro menos de los que el conjunto granota amasó hace exactamente un año -tras la jornada 21 con otro empate, entonces a cero, frente al Eibar en Orriols-, pero los mismos que sumaba el Granada, a la postre campeón, a estas alturas. Efectivamente, el equipo que entonces ya dirigía Paco López tras cogerle el testigo a Aitor Karanka, perdía un 17 de diciembre en el Anxo Carro y quedaba con la misma cifra de puntos... aunque, en su caso sí, metido en los playoffs -era sexto-. 

Calleja aseguró después de la remontada en Zaragoza que cree más que nunca en el ascenso. Quizá por la fe de sus chicos para apagar el incendio o porque, por fin, el 'Plan B' surtió efecto desde el banquillo. Pero la realidad es que el avance del actual Levante, si quiere mantenerse en la línea de comparación con aquel Granada del ascenso, deberá extenderse hasta esa segunda vuelta de campeón que lideraron los nazaríes. Tras el ecuador del curso, aquel cuadro andaluz perdió cuatro partidos -entre ellos, ante el Levante en el Ciutat en el regreso de Paco- y ninguno de ellos en casa. Los Cármenes se convirtió en un fortín que, de momento, no es el Ciutat de València. Porque el Granada no perdió un solo encuentro en su feudo y Orriols ha visto hasta ahora dos derrotas. Es más, el Levante estaría hundido en la mitad de la tabla, lejos de cualquier atisbo de ascenso, si solo se contabilizaran los partidos como local hasta la fecha.

Es decir, los granota siguen la estela del pasado Granada, pero en eso cualquier parecido es pura coincidencia. Los de Paco López sumaron en la segunda parte de la campaña 43 puntos, once más que en la primera. Si el Levante de Calleja quiere mirarse en ese espejo, es ese, y no otro, su gran reto: superar con creces su primera vuelta llena de dudas en una competición en que, este año, no existen líderes claros. Hoy nadie es capaz de mantener cierta regularidad. Ni siquiera el Leganés, que dejó de ganar precisamente cuando logró voltear la tortilla ante los valencianos en Butarque. Tampoco el Espanyol, que goleó en Orriols y parecía guardarse, antes de tiempo, una plaza de ascenso en su bolsillo.

En las vacaciones navideñas de la 22/23, Las Palmas comandaba la clasificación con 38 puntos. Eibar, Levante (36), Burgos, Alavés y Granada completaban, en este orden, las posiciones de ascenso. Cinco de los seis clubes que acabaron en esa zona noble ya estaban en ella en enero, entre ellos los tres recién descendidos -hoy, el Elche se ha descolgado-. Incluso el Albacete era entonces séptimo y ya amenazaba con animar el torneo. No obstante, el otro gran espejo de Calleja es él mismo. Su Levante un año atrás. La diferencia de puntos no es tanta, pero existe en otros aspectos. Un +9 en su diferencia de goles particular frente al +1 actual refleja los actuales vaivenes que habrán de desaparecer para emular la escalada.

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