Baloncesto

ANÁLISIS | LA CANTINA

¿Está preparada España para una caída?

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VALÈNCIA. España ya ha empezado el Eurobasket. El baloncesto patrio escribe los primeros renglones de un capítulo que no sabemos cómo será. Sí intuimos, por experiencia, o por pura lógica, en realidad, que viene una época de sequía después de lustros de abundancia. Atrás han quedado ya los hermanos Gasol, Juan Carlos Navarro, Rudy Fernández, Sergio Llull, Víctor Claver, Felipe Reyes… Los campeones del mundo.

La nostalgia vale de poco en el deporte. El tiempo no descansa y, en cuanto te has dado cuenta, aquella etapa gloriosa ya son solo rescoldos. Lo pasamos bien durante este primer cuarto de siglo con un baloncesto que llegó a tutear a Estados Unidos. Ahora toca seguir con una generación que no parece atesorar tanto talento, pero que necesita tiempo. La selección, por ejemplo, está en manos de un par de chavales de 19 años como son Sergio de Larrea y Mario Saint-Supéry. Son muy buenos los dos, pero este Eurobasket quizá ha llegado demasiado pronto para ambos.

Lo más preocupante, quizá, es que será el último verano en el que le fiamos nuestra selección a Sergio Scariolo, un entrenador excepcional. El equipo nacional no ha podido estar en mejores manos. Scariolo, italiano adoptado español, es un técnico inteligente, astuto, con olfato y mucho oficio. Él ha sabido lidiar con los egos que se hinchaban en vestuario y guiarlos con sabiduría. Le debemos mucho y lo recordaremos, o al menos yo lo recordaré, casi tanto como a Pau Gasol o a Rudy Fernández.

El relevo, además, se produce en un Eurobasket salvaje. Están los mejores deseando convertirse en héroes nacionales. Nikola Jokic, Luka Doncic o Giannis Antetokounmpo ya hace tiempo que son estrellas de la NBA, pero quieren dar un paso más hacia la posteridad con un éxito de su selección. Serbia, con el ‘Joker’ bien rodeado, puede ser uno de los favoritos, pero ojo con Alemania o Francia. Va a ser difícil que España defienda la medalla de oro frente a todos estos colosos.

Ahora es el momento, muy probablemente, de medir la paciencia de los dirigentes. España no se baja de las semifinales desde 1999 y ha sumado diez medallas, con cuatro oros. Va a ser difícil mantener este nivel y lo crucial es si el baloncesto español está preparado para ello: pasar de matador a subalterno.

Yo, como espectador, simplemente espero disfrutar y, aunque mi selección no gane, soy capaz de ser feliz viendo baloncesto. Ventajas de no ser un ultra sino un aficionado al basket.

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