VALÈNCIA. La eliminación copera de Valencia Basket supuso un golpe duro para el equipo, sobre todo teniendo en cuenta las expectativas generadas. A esto se ha sumado el parón por las ventanas FIBA, dejando una sensación de que la temporada ha quedado en pausa, con más rumores sobre posibles fichajes de verano que novedades sobre el presente, pero nada más lejos de la realidad. En apenas dos semanas, el conjunto de Pedro Martínez afrontará uno de los tramos más importantes del curso con las eliminatorias de la Eurocup, una competición que, desde el inicio de la temporada, ha estado marcada en rojo.
En la fase regular, el equipo valenciano demostró ser uno de los grandes dominadores del torneo, con un balance de 16 victorias y 2 derrotas. Su superioridad en la mayoría de los encuentros le permitió asegurarse el primer puesto del grupo y global con facilidad. No obstante, el último mes ha generado ciertas dudas. La derrota ante Dreamland Gran Canaria en Copa del Rey, unida a otros tropiezos en la Liga Endesa, ha evidenciado algunas lagunas que el equipo debe corregir de inmediato si quiere aspirar a levantar el título.
Recuperar la identidad ofensiva
Uno de los grandes rasgos de este Valencia Basket ha sido su ritmo dinámico y su gran capacidad anotadora. Con una media de 96 puntos por partido en Eurocup, los de Pedro Martínez han basado su éxito en la fluidez ofensiva. En cambio, en el último mes esa efectividad se ha diluido. En febrero, solo en un partido lograron alcanzar su media anotadora (100 puntos contra JL Bourg).
El equipo ha sufrido en encuentros donde el rival ha sabido frenar su ritmo. Cuando Valencia no puede correr y se ve obligado a jugar en estático, le cuesta encontrar soluciones. La falta de un ‘Plan B’ ha sido evidente en algunos partidos clave, algo que quedó expuesto ante Gran Canaria, donde el conjunto ‘taronja’ no supo reaccionar a la propuesta de los de Jaka Lakovic.
En este sentido, el Unicaja de Ibón Navarro puede servir de referencia. El equipo malagueño, campeón de la reciente Copa del Rey, ha demostrado que se puede tener una identidad marcada sin renunciar a la capacidad de adaptación. Valencia Basket debe tomar nota y ser capaz de encontrar alternativas cuando su plan inicial no funciona.
La defensa y el rebote, cuentas pendientes
Si bien el equipo ha brillado en ataque durante buena parte de la temporada, su fragilidad defensiva ha sido una constante. En Eurocup encajan una media de 81 puntos por partido, una cifra que, en caso de no tener un buen día en ataque, puede comprometer sus aspiraciones en los cruces. En la Liga Endesa, el panorama es similar, con una media de 87 puntos encajados por encuentro.
Uno de los principales problemas defensivos radica en el rebote, donde se han visto superados en los últimos encuentros. Aunque cuentan con una buena media capturas por partido, Valencia ha sufrido en numerosas ocasiones cuando se ha enfrentado a equipos físicos que le han castigado en el rebote ofensivo. Mejorar en esta faceta será clave para evitar segundas oportunidades que pueden marcar la diferencia en los momentos decisivos.
Más control, menos pérdidas
Otro de los aspectos que el equipo debe corregir es el número de pérdidas de balón que ha tenido últimamente. Con una media de 13,7 pérdidas en Eurocup y 12,3 en la Liga Endesa, Valencia ha concedido demasiadas posesiones gratuitas a sus rivales.
Más allá de los ajustes tácticos, Valencia Basket necesita que algunos de sus jugadores clave recuperen su mejor versión en este tramo final de la temporada. Uno de los casos más evidentes es el de Semi Ojeleye. El alero americano comenzó el curso siendo uno de los pilares del equipo, pero en las últimas semanas su rendimiento ha bajado notablemente.
Otro jugador que debe asumir más protagonismo es Chris Jones. El base ha demostrado ser el líder natural del equipo junto a Jean Montero, pero necesita ser más consistente en los momentos clave. Su capacidad para dirigir el juego y asumir responsabilidades en ataque puede marcar la diferencia en los partidos apretados. El propio Jones se autoexigió más en la previa de la competición copera.
En la pintura, Matt Costello y Nate Sestina son las piezas clave. El problema está en el resto de los interiores. Los dos americanos necesitan más ayudas de jugadores como Reuvers, Brimah y Pradilla. Si estos jugadores muestran su mejor nivel, la capacidad de adaptarse a diferentes partidos es mucho mayor.
Con las eliminatorias de la Eurocup a la vuelta de la esquina, Valencia Basket tiene poco margen de error. Los próximos partidos ante Casademont Zaragoza y Surne Bilbao Basket serán una buena oportunidad para recuperar sensaciones.
La realidad es que el equipo sigue dependiendo de sí mismo. A pesar de las dudas generadas en el último mes, Valencia Basket ha demostrado a lo largo de la temporada que tiene calidad y recursos para competir al máximo nivel. Aunque hay una cosa clara, si quiere aspirar a levantar la Eurocup, debe corregir sus asignaturas pendientes cuanto antes.