ALICANTE. Fue señalar Miguel Sesma Espinosa el final del choque ante el Albacete y Sebastián Beccacece saltó al terreno de juego para celebrar la decisión del árbitro lucroniense como si de un gol anotado por él en la final de un Mundial se tratase.
Al igual que sus jugadores y los aficionados franjiverdes, el técnico del Elche también explotó dando rienda suelta a su alegría por el cuarto triunfo consecutivo del equipo, algo que hacía 14 años que no conseguía y que le permite entrar en las últimas 11 jornadas de la fase regular ocupando una de las dos plazas que a la finalización de la misma confieren el derecho a ascender de manera automática.
En la comparecencia de prensa posterior al choque, Beccacece reconocía haberse "dejado llevar", haber vivido "como sentía" la situación, y apuntaba como razones para lo anterior las adversidades que habían tenido que superar (este domingo no tenía disponible a ninguno de sus centrales titulares y el equipo hubo de remontar dos veces) y al tiempo tiempo transcurrido desde la última vez que el Elche conseguía cuatro victorias ligueras consecutivas. Eso sí, también recordaba que "los protagonistas son los jugadores" y que por eso se había apresurado a situarse en un segundo plano.
"Los chicos han mostrado su compromiso. Ya no solo jugamos por ganar, el honor y la gloria, jugamos por el de al lado, por tu familia, por la gente, por el escudo. Es el sentimiento más genuino que tiene este deporte", señalaba este domingo el preparador rosarino.
"El carácter, la personalidad se forja partido a partido y superando los obstáculos [...] hemos conseguido la cuarta victoria gracias al esfuerzo, el trabajo, pero también la valentía y el coraje [...] no es fácil salir sin centrales, lanzados al ataque y generar todas las ocasiones; podíamos haber hecho más goles", decía también Beccacece, antes de hacer otra llamada a la prudencia: "Tenemos que seguir creciendo; hay que ir día a día, partido a partido", apuntaba y es que el técnico franjiverde era el primero en recordar que una acción a balón parado mal defendida les había complicado el partido.
Energía colectiva y presión positiva