ALICANTE. El Hércules puso fin este domingo a la temporada 2017/18 pero todavía parece pronto para decir que la 2018/19 ha echado a andar.
La entidad del Rico Pérez trata estos días de ganar tiempo ante las dos graves amenazas para su supervivencia que suponen la deuda con la Comisión Europea y la Agencia Tributaria, pero también se trabaja en la planificación deportiva del próximo curso. El problema es que, como ya ocurriera hace un año (aunque entonces la reclamación de siete millones de euros de Bruselas no estaba en vigor), lo económico y lo deportivo están íntimamente ligados en un club donde además nada es nunca lo que parece, por lo que todo apunta a que habrá que armarse de paciencia y esperar que los avances, que todo apunta a que serán lentos, al menos sean en la dirección deseada.
Retomados los contactos con el fisco y en puertas de la interposición del cacareado recurso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el Hércules tiene también que anunciar una lista de bajas, cerrar la contratación de un nuevo técnico y, al tiempo que negocia la rescisión de los muchos jugadores con contrato en vigor con los que no contará, hacer lo propio con aquellos llamados a ocupar su hueco en la plantilla; todo lo anterior, a ser posible, en ese orden.
Con la salvedad de los lesionados, la plantilla al completo se ejercitaba este lunes bajo las órdenes de Visnjic, algo que está previsto que siga siendo así mientras no se den a conocer las primeras decisiones en materia de planificación deportiva.