VALENCIA. Hay muchas cosas del fútbol que no consigo entender. Será porque yo suelo intentar hacer las cosas lo más sencillas posibles y nunca suelo pensar mal de las situaciones por lo que todavía no entiendo lo que ha sucedido en la ciudad deportiva del Chelsea en la UEFA Youth League.

Para quien no lo sepa –que supongo que a estas alturas no será nadie- el juvenil del Valencia Alberto Gil lanzó el primer penalti de la tanda, marca, pero el árbitro no da el gol porque entiende que el balón ha golpeado en el poste en lugar de en el palo de dentro de la portería que fue donde golpeó.

Y aquí empiezo a no entender las cosas. El Valencia vio que era gol. El Chelsea, como así reflejó en su cuenta de Twitter y también se lo transmitió al Valencia –Terry se disculpó con Alexanko-, vio que era gol. La UEFA vio que era gol porque el delegado arbitral así se lo dijo al club de Mestalla. Pero el penalti ni subió al marcador ni se repitió.

Lo más sencillo en ese momento es que el delegado arbitral de la UEFA, que supongo que algo de autoridad tendrá, hubiera corregido al colegiado en su decisión y hubiera dado por válido el penalti. No es rearbitrar el partido, ni desautorizar al árbitro. En una tanda de penaltis donde el juego está parado, se pueden tomar un minuto para que el delegado arbitrar hable con el árbitro. No entiendo como esto no pasó y la tanda siguió como si nada hubiera pasado, aunque con los valencianistas totalmente desquiciados.

Ahora la UEFA tiene un gran marrón con una jugada que ya ha dado la vuelta al mundo y que ocupa todos los diarios deportivos a lo largo de todo el planeta. ¿Qué harán? ¿Repetir la tanda entera? ¿Repetir la tanda a partir del segundo penalti con 1-1 en el marcador? ¿Dar el gol por válido y mantener el resto? con lo que el resultado sería 5-4 y faltaría un penalti por lanzar.

La solución era más sencilla que todo esto y se podría haber resuelto en apenas dos minutos, pero ahora la bola de nieve cada vez es más grande y todo el planeta futbolístico está atento a la decisión que vaya a tomar un organismo que ya está bajo sospecha y que tiene a su presidente inhabilitado por corrupción.

Suelo ser muy crítico con los árbitros, pienso que no están a la altura de los futbolistas, pero pocas veces pienso que actúan con premeditación. Puedo llegar a entender que el árbitro suizo haya mirado a otro lado y se haya despistado a la hora de ver el penalti, pero al no rectificar y nadie de la UEFA le haya rectificado todavía hace pensar en que interesa que el campeón siga en el torneo.

Veremos como se resuelve el recurso del Valencia. Hay un precedente en un partido sub 19 femenino en el que la UEFA intervino y mandó repetir un penalti cinco días después. Pero la última duda que me asalta y que no entiendo es que autoridad moral tiene la UEFA, que tiene a su presidente inhabilitado, para tomar esta decisión.