VALÈNCIA. Era una de las motivaciones en San Mamés: sacar los tres puntos para, al volver a vestuarios, llamar a Aitor y dedicarle la victoria. El meta guipuzcoano había viajado con sus compañeros hasta Bilbao, pero no estuvo presente en el estadio del Athletic para ver el partido de los suyos.
Aitor Fernández estuvo pendiente del encuentro, pero junto a su familia por el fallecimiento de su padre. Sus compañeros lucieron brazaletes negros y camisetas para animar a su portero, que sentía el cariño desde la distancia.